Los problemas de Red Bull están identificados, según asegura el mandamás de la escudería.
El equipo ganó 21 de las 22 carreras de 2023, la campaña más desigual de la historia, con el triple campeón Max Verstappen llevándose 19 de esas victorias.
El Gran Premio de Italia del domingo estiró la racha perdedora de Red Bull y Verstappen a seis carreras y dejó al piloto holandés 62 puntos por delante de Lando Norris de McLaren con ocho rondas restantes.
Verstappen dijo a los periodistas en Monza después de terminar sexto que su coche se había convertido en un monstruo, y sintió que ambos títulos estaban ahora en riesgo.
"Creo que este circuito ha expuesto las deficiencias que tenemos en el coche en comparación con el año pasado", dijo Horner, en declaraciones a los medios en el hospitality del equipo.
"Se puede ver que tenemos una desconexión en el equilibrio que simplemente no está funcionando. En cuanto acabas en esa situación, eres más duro con los neumáticos. Acabas compensando, cambias el equilibrio, aseguras un problema y creas otro. Así que acabas en un círculo vicioso".
"Creo que ha estado ahí durante algún tiempo. Creo que, en realidad, repasando los datos, había problemas a principios de año en las características. Y, obviamente, otros han dado un paso adelante y, a medida que hemos ido forzando más el paquete, el problema ha quedado al descubierto".
Algo de eso, añadió, se había visto ya en Austin el año pasado, cuando Red Bull llevaba tres carreras de una racha ganadora de siete carreras.
El británico dijo que Verstappen y su compañero de equipo Sergio Pérez habían tratado de compensar calmando la parte trasera del coche, pero eso tuvo consecuencias para la parte delantera, lo que resultó en subviraje y desgaste excesivo de los neumáticos.
Dijo que la victoria de Ferrari en lugar de McLaren fue una ayuda, pero que Red Bull necesitaba encontrar una solución rápida o sufriría las consecuencias.
"Basándonos en el rendimiento de hoy, se podría decir que ambos (títulos) están bajo una presión absoluta", añadió. "Hoy hemos sido el cuarto coche más rápido y esa es la realidad. Tenemos que darle la vuelta".
Horner reconoció que había una discrepancia entre los datos que salían del túnel de viento y los que se veían en la pista, pero dijo que el McLaren parecía más sencillo y eficaz.
"Quizás nos hemos vuelto un poco demasiado complejos y quizás necesitamos simplificar algunas cosas", añadió.
"Cuando el coche está en la ventana (de rendimiento), funciona según lo previsto o más cerca de lo previsto. Pero esa ventana es tan pequeña que tenemos que trabajar en ella. Tenemos que ampliar su ventana de funcionamiento".
A pesar de la preocupación de Verstappen, Horner dijo que el campeón, Max Verstappen, no estaba mostrando signos de pánico.
"Está trabajando con los ingenieros, está explicando muy claramente dónde están los problemas, está dedicando tiempo y esfuerzo", dijo.
"Estuvo esta mañana temprano, estuvo en las llamadas de Zoom la semana pasada, estará en el simulador antes de la próxima carrera y realmente está trabajando duro en esto".