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Desastre de Verstappen, alegría de Ferrari y amenaza frontral de McLaren por el Mundial

Carlos Sainz, en Monza
Carlos Sainz, en Monza ANDREJ ISAKOVIC/ AFP
Los Ferrari hicieron respetar su casa y conquistaron el circuito de Monza. Leclerc completó una carrera inteligente mientras que Piastri (2º) y Norris (3º) ratificaron a McLaren como el equipo a vencer en la Fórmula 1.

Vientos de cambio. Vientos de otoño. Vientos generados por los coches de la Fórmula 1. Se acerca el otoño, las lluvias y, en menos de nada, la definición de un Mundial que parece dejar a Max Verstappen en una posición incómoda. El neerlandés, dominador de las dos últimas ediciones de la Fórmula 1, ha vuelto a ceder terreno, algo poco usual en otras temporadas pero que se ha convertido en una constante en el 2024.

Mientras que en Red Bull las dudas aumentan, Charles Leclerc se ha quedado con una sonrisa de oreja a oreja porque le ha brindado a Ferrari la alegría que supone hacer respetar su casa. El piloto monegasco ha sido el primero en Monza y ha hecho celebrar por todo lo alto a los aficionados de la escudería italiana. 

Los McLaren, desde otra perspectiva, también sonríen: Piastri se ha quedado con la segunda plaza. Norris, el gran rival de Verstappen en el Mundial, ha sido tercero, con comodidad. Sainz, aunque luchó con los McLaren por el podio, no obtuvo el resultado esperado y fue cuarto, dejando a Hamilton en la quinta casilla y a un Verstappen frustrado en la sexta. 

Leclerc, que ya había ganado el GP de Mónaco hace unos meses, aguantó con inteligencia los ataques de Piastri y de Norris que, en otra línea, lograron que Carlos Sainz perdiera su lugar en el podio. La estrategia de Ferrari ha sido fenomenal y el monegasco ha empleado un manual de resistencia que le llevó hacia su séptima victoria en la Fórmula 1.