Nadie dijo que resultaría fácil, nunca lo es a estas alturas de competición. Supo sufrir el Barça, incluso cuando más perdido parecía el encuentro. Tuvo la suerte de que Williams-Goss fallase el tiro que podría haber evitado la prórroga y luego acertó en ese tiempo extra con una buena dirección de Satoransky y la frialdad desde la personal de Jabari Parker.
El choque fue muy igualado, con dominio claro de unas defensas que dejaron el marcador en un 13-13 en el primer cuarto y en 37-32 al descanso. Pasó un mal momento el cuadro culé en la recta final de ese segundo cuarto con los puntos de Petrusev y Wright. Brizuela y Kalinic minimizaron los daños para que luego, ya en la segunda mitad, con los triples, dieran la vuelta al marcador.
Un final de infarto
Tenía argumentos el Barça con los puntos interiores de Hernangómez y Vesely, y los exteriores de Laprovittola, Parker y Abrines. Con diferencias que no superaban en ningún caso los ocho puntos, el encuentro se iba a decidir al final.
Los griegos se pusieron seis arriba (69-63), pero dos triples de Abrines devolvieron a la vida a los de Grimau. A siete segundos del final, Lapro igualó y Goss erró el último tiro. El propio Williams-Goss, ya en la prórroga, no pudo salir con éxito de una gran defensa de Satoransky. La última posesión fue para los catalanes. Parker recibió falta de Petrusev y dispuso de tres tiros libres a cinco décimas del final. Anotó dos y lanzó a fallar el tercero para garantizar un triunfo que les coloca a otro de la Final Four.