Álex Abrines, ante el Armani de Milán, 500 veces de azulgrana
Ya no es aquel chaval que irrumpió con el Unicaja a base de triples estratosféricos y que dio un soplo de aire fresco al perímetro español. Ni tampoco aquel que forzó de mala manera su salida del conjunto malagueño para jugar en el Barcelona. Ni el que poco después se fue de la Ciudad Condal para afrontar el reto de la NBA que finalmente le superó mentalmente.
Abrines es un tipo maduro, que supo reinventarse y afrontar su regreso a Europa como una nueva oportunidad para seguir jugando a un baloncesto al que llegó a odiar. Lleva ya tiempo sin esos sentimientos. Tanto que el mallorquín, tercer capitán del Barça, va a cumplir 500 partidos con la camiseta blaugrana entre su primera y corta estancia y esta segunda más larga y prolífica.
Es ya su octava temporada como culé y suma 259 partidos en ACB, 196 en Euroliga, 15 en Copa del Rey, 14 en la Supercopa ACB y 5 en Liga Catalana. Aún lejos del récord imposible de Juan Carlos Navarro (1.139 encuentros), y como señala el Barcelona, sin contar a mitos como Epi o Solozábal, de los que no existe un recuento fiable de todos los partidos, Abrines va a entrar en el club de los 500, donde también se encuentran Ante Tomic (593), Rodrigo de la Fuente (527) y Víctor Sada (506).
"Es un orgullo llegar a los 500 partidos. Nunca te acostumbras al peso de la camiseta, desgasta mucho física y mentalmente. Pero es un reto que no cambiaría por nada del mundo, jugar en el Barça es un sueño y espero jugar muchos partidos más", ha comentado el alero en declaraciones a Barça TV.
"Era un pipiolo cuando llegué, no tenía ni barba, y ahora tengo hasta canas. Ha pasado muchísimo tiempo, más allá de los tres años en los que estuve en la NBA. Pude volver para seguir triunfando aquí. Ha cambiado todo. Aprendí muchísimo de Navarro, Mickeal, Ingles, Huertas... Tienes que meter la cabecita y hacerte un hueco, lo cual no es fácil. Después, cuando llegan las oportunidades, aprovecharlas", ha explicado también el ex de Oklahoma City Thunder en la previa del duelo.