El deporte nos ha enseñado en repetidas oportunidades una premisa: no siempre el hecho de llevar un apellido favorece una carrera. Quizás, gracias a los contactos, puede potenciar el desarrollo de un proyecto aunque también existe la posibilidad de perjudicar o ralentizar una etapa debido a la presión, a los errores o a un bache.
El caso de Bronny James, hijo de LeBron, es precisamente el párrafo anterior. Su futuro, acorde a la información que circula en EEUU, se encuentra cada vez más lejos de los Lakers de su padre. Bronny no ha completado un rendimiento regular durante los últimos meses. Todo parece indicar que se irá al South Bay Lakers, el equipo vinculado a los angelinos.
Los números no han estado de Bronny en los partidos que ha disputado con los Lakers en la liga de verano. Ha completado 6 de 26 tiros de campo en total (23,1%) y 0 de 12 desde la línea de 3 puntos. "Me siento como si estuviera en una pequeña depresión en este momento. Estoy ansioso por jugar al baloncesto, sin importar en qué nivel esté", dijo.