A sus 39 años, el máximo anotador histórico de la liga de baloncesto tiene la posibilidad de extender su contrato con los Lakers por una campaña más y también de convertirse en agente libre para firmar por otra franquicia.

Tras la cuarta derrota y definitiva derrota del lunes en la serie ante los Nuggets, LeBron James se tomó unos segundos para responder a la pregunta de si pudo ser su último partido con el uniforme oro y púrpura.

"No voy a contestar a eso", dijo con una sonrisa antes de dar por zanjada la rueda de prensa en el Ball Arena de Denver.

James es la figura de los Lakers, franquicia con la que ganó el cuarto anillo de su carrera en 2020.

Tras su eliminación el año pasado, también ante los Nuggets en las Finales de la Conferencia Oeste, LeBron dejó entrever que estaba valorando la retirada, pero semanas después confirmó su regreso para su temporada número 21 en la NBA.

"Voy a descansar mi cuerpo"

"Hay que quitarse el sombrero ante ellos. Son los campeones, un gran equipo, muy bien entrenado. Hicieron las jugadas en la recta final para ganar esta serie", reconoció el de Ohio, que comandó la resistencia con 30 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias.

"Ahora mismo sólo quiero volver a casa con la familia, honestamente", afirmó el internacional estadounidense, que estará en los Juegos de París (26 de julio - 11 de agosto).

"En un par de meses tengo que ir a Las Vegas para el campo de entrenamiento, así que voy a descansar mi cuerpo. Esos son más o menos los pensamientos iniciales", apuntó tras la eliminación (108-106).

Además, relativizó su objetivo declarado de jugar en la NBA junto a su hijo Bronny, quien podría presentarse al Draft de junio.

"No he pensado mucho en ello últimamente. Claro que lo pensé en el pasado, pero al final el chico tiene que hacer lo que quiera. Él decidirá lo que quiere hacer y cómo quiere que vaya su carrera", zanjó.