Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Arranca la 'Quincena Santa' del ciclismo flamenco con los 'Van' como rivales

AFP
Van der Poel, a la izquierda, y Van Aert, a la derecha, grandes rivales
Van der Poel, a la izquierda, y Van Aert, a la derecha, grandes rivalesAFP
La rivalidad entre dos de las grandes 'clasicómanos' del pelotón actual, el neerlandés Mathieu Van der Poel y el belga Wout Van Aert, vivirá nuevos episodios en las dos próximas semanas, en la "quincena santa" de las carreras en esta región belga donde el ciclismo es religión.

Clásica Brujas-De Panne, el miércoles; Gran Premio E3, el viernes; Gante-Wevelgem, el domingo... Es el inicio de 11 días de locura en el reducido perímetro de Flandes oriental que culminarán con el Tour de Flandes, el 31 de marzo, donde se espera más de un millón de espectadores, antes de cruzar la frontera a Francia para la París-Roubaix.

Es hora de adoquines, muros, carreteras bacheadas, ventoleras... y cerveza en cantidades industriales en una región donde los aficionados al ciclismo viven su pasión casi con una devoción religiosa.

Sin otros grandes nombres del pelotón como Vingegaard, Roglic, Evenepoel o Pogacar, el interés se centrará en buena parte en la rivalidad que mantienen desde niños Van der Poel, el nieto del célebre ciclista francés Raymond Poulidor, y Van Aert, ambos de 29 años.

La rivalidad les impide mantener una amistad, pero ambos se profesan respeto.

Durante mucho tiempo, los dos ciclistas mantuvieron un "empate técnico" en cuanto a sus victorias, tanto en carretera como en ciclocrós, pero desde hace un par de años, la balanza se ha decantado claramente en favor de Van der Poel.

El neerlandés ha ganado en dos ocasiones el Tour des Flandes, además de otros 'monumentos' como la París-Roubaix y la Milán-San Remo o el campeonato del mundo en carretera el año pasado en Glasgow... por delante de Van Aert.

El belga, pese a sus éxitos en el Tour de Francia (nueve victorias de etapa y la clasificación por puntos en 2022), no aguanta la comparación con su gran rival cuando se habla de las grandes carreras de un día, pese a su victoria en la Milán-San Remo en 2020, su único 'monumento'.

Para cambiar la tendencia, Van Aert ha cambiado completamente su programa. Primero, se contentó con algunas salidas en ciclocrós mientras su rival lograba un sexto título mundial en esta especialidad, antes de pasar a la carretera, con un tercer puesto en la Het Nieuwsblad y una victoria en la Kuurne-Bruselas-Kuurne en febrero.

Después se marchó a Tenerife para tres semanas de entrenamientos al pie del volcán Teide. "He optado por un planteamiento muy diferente con una larga concentración en altitud que, en el pasado, ya me fue muy bien", ha declarado Van Aert, que no participó en la última Milán-San Remo.

Escuderos de lujo

Van der Poel, por su parte, retomó la competición en carretera el pasado sábado, acabando décimo en la meta de San Remo tras ponerse al servicio de su compañero de equipo Jasper Philipsen, ganador de la carrera.

Los dos ciclistas coincidirán por primera vez esta temporada el viernes en el Grand Prix E3 y después continuará a distancia, ya que Van der Poel correrá la Gante-Wevelgem sin Wout y Van Aert participará en A Través de Flandes sin Mathieu.

El gran combate entre ambos llegará con la Vuelta a Flandes, antes de la revancha una semana después en Roubaix.

Cada uno de ellos estará acompañado por un escudero de lujo: Van der Poel podrá contar con Philipsen, segundo en la última París-Roubaix y gran favorito al triunfo en la Bruselas-De Panne del miércoles.

Van Aert tendrá el apoyo del francés Christophe Laporte, ausente el domingo en San Remo por enfermedad y aún no recuperado para correr el viernes.

Laporte realizó el año pasado un fantástico doblete con victorias en A Través de Flandes y Gante-Wevelgem, donde su líder le ofreció la victoria.

Ese episodio le valió a Van Aert ser criticado por ser demasiado amable y con poco "instinto asesino". "Es mi carácter, pero también sé que es muy difícil ser generoso con todo el mundo. Intentaré no volver a hacerlo", ha declarado el belga, ansioso por volverse a equiparar con un Van der Poel, su mejor enemigo convertido en su principal verdugo.