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Remco Evenepoel pide cita con el éxito para un futuro no lejano

Remco Evenepoel aún tiene mucho que decir.
Remco Evenepoel aún tiene mucho que decir.AFP
Atrevido, sólido y polivalente, el belga selló su primera participación en el Tour de Francia con un prometedor tercer puesto en la general, y se postula como un serio aspirante al triunfo en los próximos tiempos.

Por detrás de los dos colosos que se reparten el maillot amarillo desde 2020, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, el campeón del mundo en ruta en 2022 y vigente campeón mundial contrarreloj se erigió como el tercero en discordia en este Tour, después de que hubiesen surgido dudas en torno a su capacidad para rendir en la carrera más prestigiosa del mundo.

"Las tres semanas fueron un test, adaptarse al Tour no es sencillo", apunta el patrón de Soudal-Quick Step, Tom Steels.

Una forma de decir que después de haber conquistado la Vuelta en 2022, el doble vencedor de la Lieja-Bastoña-Lieja debía probarse en un nivel superior.

Una victoria de etapa

"Ama el Tour", asegura Steels, cuyo líder de 24 años, tercero a nueve minutos y 18 segundos de 'Pogi' y a 3:01 de 'Vingo', se va también con el maillot blanco de mejor joven.

Evenepoel demostró con hechos ese amor naciente durante las tres semanas de carrera, instalándose rápidamente en un podio del que ya no caería.

El domingo se vio embargado por la emoción en Niza, fundido en lágrimas después de haber sido tercero en la contrarreloj final detrás de los dos primeros de la general.

Fuerte en montaña, aunque un paso por detrás de Vingegaard y sobre todo de Pogacar, demostró su talento ganando la primera contrarreloj, entre Nuits-Saint-Georges y Gevrey-Chambertin.

Pero las dudas no se habían disipado sobre su capacidad para estar a la altura en los grandes puertos, ubicados en la tercera semana.

Remco había mostrado ciertos síntomas de debilidad en la última Vuelta a España, en la que perdió su opciones de revalidar victoria en el col del Aubisque.

Siguió trabajando, perdió algo de peso antes del Tour y superó los Pirineos y los Alpes sin desfallecer.

"Clave"

Y el belga pudo corroborar que sus ambiciones de victoria final eran legítimas con su tercer puesto en la etapa reina en Isola 2000, tras la subida a la cima de la Bonnette, a más de 2.800 m de altitud.

"Es un momento clave en mi carrera. Me tranquilicé sobre mis capacidades, después del Tour de Francia está clara la dirección que quiero tomar", aseguró al término de esa 19ª etapa.

Una dirección que le llevaría directo a pelear por el maillot amarillo, mientras que Bélgica busca un vencedor del Tour desde 1976.

"Para los próximos años, el Tour seguirá siendo el número uno en su lista de carreras que hará", afirma el citado Tom.

"Di un gran paso en mi carrera, estoy seguro de que soy capaz de rendir tres semanas al más alto nivel, hay aún una gran diferencia a reducir con Tadej y Jonas", analizó Evenepoel el domingo.

Después de una preparación lastrada por una dura caída en la Vuelta al País Vasco en abril, en la que también se vieron implicados Vingegaard y Roglic, Evenepoel también ha podido calibrar sus límites, perdiendo tiempo respecto al danés en la penúltima etapa en el col de la Couillole y en la crono final.

"Quizá haya que dejar un poco de lado la crono y trabajar más las largas subidas, hacer más altitud", estimó, mostrándose satisfecho con el trabajo de su lugarteniente, el español Mikel Landa.