Deco puso fin a su carrera futbolística tras pasar por el FC Porto, el Barcelona y el Chelsea, acumulando un total de 21 títulos, incluidas dos Ligas de Campeones. Pero la decisión de colgar las botas fue difícil.
"Recuerdo perfectamente el día que dejé de jugar. Estaba en Río, cogí un avión a Portugal y creo que me pasé cuatro o cinco días llorando. Al quinto día me levanté y dije: ¿qué tenemos que hacer?".
Pero cuando terminó su carrera sobre el terreno de juego, empezó a construir el camino de lo que vendría después.
"Nunca quise ser entrenador. No planeé las cosas tal y como sucedieron. Simplemente dejé que fluyeran", afirma, destacando que su gusto por esta área creció de forma natural como resultado de su proximidad a grandes ejemplos como Laporta, actual Presidente del FC Barcelona, o Pinto da Costa, ex Presidente del FC Porto. Tras una etapa en Gestifute, decidió dar el siguiente paso.
"Cuando decidí dejar Gestifute, no tenía jugadores. No empecé a colocar jugadores en el FC Porto o en el Barcelona. Empecé a llamar a puertas en el Vitória SC, en el Rio Ave, en clubes pequeños", dice.
"Si no hubiera vivido lo que viví, no estaría preparado. Empecé una empresa desde cero, debatí con muchos directores de fútbol, cada vez que me reunía con un director le prestaba atención, intentaba entenderlo. Me esforcé mucho. Al final, la suma de todo, la experiencia que había acumulado, al menos me hizo entrar", recuerda.
Ahora está en el que, junto con el FC Porto, es su club de corazón, con mayores responsabilidades que las que tenía cuando vestía la camiseta culé con el número 20. El proceso que está llevando a cabo el club, confiesa, es difícil, pero en el escenario del Thinking Football Summit, Deco dice creer que al final todo saldrá bien.