Fernando Alonso hace magia para subir al podio en una nueva victoria de Verstappen
El inicio del GP fue caótico. En la vuelta de formación, Leclerc tuvo que abandonar tras perder el control de su Ferrari. Y en la salida, antes de la primera curva, el caos. Hulkenberg tocó a Albon y este se llevó por delante a Magnussen, quedando fuera ambos. Una rueda salió volando e impactó en el alerón de Ricciardo. Y por si fuera poco, algo le pasó al McLaren de Piastri.
Total, que la carrera tuvo que ser detenida casi media hora y reanudarse con un nuevo orden. Porque por delante, ajenos al accidente, los Aston Martin salieron mal y fueron superados por Norris y Hamilton. Alonso se mantuvo cuarto pero Stroll bajó al quinto.
En el reinicio, sí hubo salida limpia, con Alonso superando a Hamilton y colocándose tercero. Todo lo contrario que Stroll, que pasó a la séptima plaza. Norris incluso se atrevió a meterle el morro a Verstappen, pero en cuanto se dio cuenta, el neerlandés aceleró para escaparse definitivamente. El primer y el segundo puesto ya estaban adjudicados.
A partir de ahí, pocos movimientos porque todos bajaron el ritmo pensando en guardar neumáticos. Sólo Checo Pérez puso un poco de picante adelantando a los Mercedes y yéndose a por Alonso, que tenía ocho segundos de ventaja en la vuelta 18. Una diferencia que, tras el paso por boxes y calzar las gomas medias, fue bajando radicalmente. La lucha por el podio se apretaba y mucho.
Qué defensa de Alonso
Superado el ecuador de la carrera, Alonso se las arreglaba para mantener fuera del DRS a Pérez y Sainz ascendía al sexto puesto tras dar buena cuenta de Russell y de Hamilton.
Como el mexicano no pudo adelantar en pista, intentó el undercut a 24 vueltas del final, pero Aston Martin reaccionó para proteger el podio del español. Aun así, no se dio por vencido el de Red Bull, con más velocidad punta y que apretó los dientes en el último stint para, ahora sí, acercarse a menos de un segundo. Era la única batalla en pista porque todo lo demás estaba decidido. Y qué batalla.
Alonso aguantó estoicamente 17 vueltas de sufrimiento, de agonía, de defensa extrema, pero en la penúltima vuelta Checo Pérez consiguió adelantarlo. Parecía todo perdido, pero cuidado, que estamos hablando de un bicampeón del mundo. Y Fernando Alonso hizo magia para acabar con su rival y pasar por meta en tercer lugar. Qué exhibición de genio, qué maravilla al volante, qué merecido el podio. ¡Bravo, Fernando!