Su dominio es tal que el único momento de inquietud para Supermax lo vive en las salidas. Leclerc le forzó todo lo que pudo, pero resistió hasta que el ímpetu del de Ferrari se vino abajo y apareció un Safety Car antes de concluir la primera vuelta. 

En el relanzamiento, tampoco sufrió mientras por detrás, Sainz, con más ritmo, pedía permiso para adelantar a Leclerc y perseguir a Max. Se lo negaron. Y no sólo eso. Fue triplemente perjudicado cuando llegó un Virtual Safety Car unas vueltas después: tuvo que dejar espacio con su compañero para la doble parada que decidieron en el muro rojo. Los mecánicos lo hicieron peor aún y Sainz se comió la lenta parada con el monegasco y otra malísima con él. Perdió tres posiciones y salió a más de 10 segundos de Leclerc. Irrecuperable.

Enfurecido, el madrileño adelantó en pista a Norris, Hamilton y Pérez, y se puso a cinco segundos de Charles. Pero ese riesgo le costó una sanción de otros cinco segundos por saltarse cuatro veces los límites de pista. Una penalización que más tarde le costaría el podio. Checo Pérez, con un ritmo endiablado, llegó hasta él y, tras una bonita lucha codo a codo, terminó superándolo.

Esa batalla, por cierto, favoreció a Leclerc, que pudo mantener sin apuros su segunda posición. La primera, por supuesto, ya estaba adjudicada a Verstappen en un fin de semana en el que ganó todo. 

Alonso, sin opciones

Por detrás, Norris se mostraba muy sólido y Alonso viajaba en tierra de nadie. Hamilton, también sancionado por los límites de pista, no paró de quejarse de la dureza de su coche y de ejercer de 'chivato' a los jueces. Sólo le sirvió para cabrear a Toto Wolff por radio, acabar séptimo y por delante de Russell, octavo. Gasly y Stroll completaron el top10. 

No hubo más historia. Al término de las 71 vueltas, Verstappen fue el vencedor y se coloca como el quinto piloto con más victorias de la historia, deshaciendo así el empate con Ayrton Senna. Palabras mayores.