Rublev llegaba al partido con la moral por las nubes tras su meritorio triunfo ante su compatriota Daniil Medvedev del lunes, que le dejaba con opciones de meterse en las semifinales del torneo, algo que nunca antes ha logrado. Además, en el último enfrentamiento entre ambos, el ruso le había acabado metiendo un 6-0 en el set decisivo a Djokovic en la final en Belgrado del pasado mes de abril.
Pero el nivel del serbio no es el mismo que tenía entonces y en indoor se mueve como pez en el agua. Rublev, cuyo punto débil siempre ha sido su fragilidad mental en momentos de máximo estrés, volvió a caer en su problema de siempre. Pese a que no le estaban entrando los primeros saques en el primer set, no estaba teniendo problemas para solventar sus turnos con relativa comodidad (igual que su rival, que estuvo intratable en esta manga con 20 de 23 puntos ganados con su servicio). Todo parecía encaminado al tie break hasta que la cabeza del ruso dijo basta. Con 5-4 para el serbio, a Rublev se le aparecieron todos sus fantasmas. Un fallo inexplicable suyo y un último punto maravilloso de su rival hizo que se terminara el primer parcial y la, hasta entonces, aparente calma del moscovita, que pagó con su raqueta la frustración de no haber podido cumplir con el plan. Djokovic, al ver la escena, sonrió sabiendo que ya había conseguido lo que quería, que era desquiciar a su oponente.
De este modo, el segundo set fue un visto y no visto. El serbio se dedicó a no fallar (ayudó su tremendo 90% de primeros saques en este parcial, lo que hizo que no tuviera que afrontar ninguna bola de rotura), minizando hasta casi el máximo sus errores forzados ya que solo tuvo uno y Rublev se encargó de poner el resto. Desesperado, dio una versión totalmente opuesta a la mostrada en el inicio del partido y, con dos breaks en contra, acabó cayendo por 6-1 para dejar su posible pase a semifinales a expensas de lo que haga ante Tsitsipas, que este miércoles tratará de lograr su primer triunfo de las ATP Finals ante Medvedev. Por su parte, Djokovic ya está en semifinales y demostrando que su nivel está muy por encima del resto, lo que podría llevarle a su sexto título con el que empataría con Federer.