El día menos pensado llegó. La oración no hace referencia a la serie de Netflix que expone el tránsito del Movistar Team en las últimas temporadas. El día menos pensado para el equipo español pudo ser en agosto. En el verano, el descenso a la segunda categoría de la UCI amenazó, generó inquietud y atemorizó a la plantilla masculina de la franquicia navarra.
El amanecer de la 2021-2022 fue horrible. El Movistar estaba descolgado. Años atrás, el plantel español era sinónimo de prestigio y de competitividad. En ese punto de la campaña, sin embargo, la incertidumbre diluyó la concentración de los corredores que, obligados a mejorar la clasificación en el ranking, se entregaron de lleno al liderazgo de Enric Mas y de Alejandro Valverde.
La victoria de Carlos Verona en el Dauphiné ofreció un poco de aire. La respiración fue artificial. Los puntos obtenidos en la antesala del Tour de Francia no alejaban el fantasma del descenso.
Enric Mas presentó una serie de caídas que tampoco ayudaron a levantar el ánimo de los suyos.
La nostalgia salía a flor de piel cuando Alejandro Valverde anunció que dispararía en La Vuelta España su última bala.
¿Qué sería del Movistar sin Valverde?
¿Alcanzará el tiempo para remontar posiciones?
¿Ganarán Lotto, Israel, Cofidis, Arkea la carrera por la permanencia en la máxima categoría de la UCI?
Surgían más preguntas que respuestas.
Las inseguridades explotaban.
El miedo fluía en la sangre de los aficionados.
Las directivas, conscientes de la situación, exploraron un terreno adverso que, en otras épocas, no había sido contemplado. El calendario alternativo está lleno de carreras de segunda categoría. Las pruebas brindan puntos.
En los puntos, el Movistar encontró un método impecable que le brindó el elemento que tanto requería. La salvación llegó al plantel navarro gracias a las carreras alternativas.
Los triunfos desglosados en las pruebas impulsaron al Movistar hacia nuevas posiciones. El plantel encontró en esas victorias el ánimo que se escondió en las tres grandes (Tour, Giro y La Vuelta) y recuperó a Enric Mas.
Mas fue recompensado con un podio en Lombardía. Su proeza confirma que el hombre regresa más fuerte de una caída. La experiencia del fracaso es necesaria para aprender a lidiar con el dolor de la derrota. El Movistar masculino convivió con esa realidad, la aceptó y la enfrentó.
Van Vleuten, la heroína
El Movistar masculino transitó en un enjambre de dudas.
El Movistar femenino, por su parte, se encomendó al brillo de Annemiek van Vleuten. La corredora no dejó espacio para las sorpresas. Concretó una temporada salvaje y se ganó la admiración de los fanáticos del ciclismo.
La neerlandesa conquistó un envidiable triplete (Giro, Vuelta y Tour). Dominó con serenidad la primera edición femenina del Tour en la modernidad. No doblegó sus fuerzas a pesar del ajustado calendario.
La función que Van Vleuten ejerció en el 2022 es admirable. El Movistar disfruta del desempeño de la corredora que, lamentablemente, tomará el próximo año como su última temporada.
“Intentaré seguir disfrutando y me lo tomaré como una temporada más, pero sabiendo que será especial. Estoy muy contenta y muy orgullosa de todo lo que he conseguido”, dijo el jueves en la presentación del Movistar 2023.
Van Vleuten lo ganó todo. Con humildad, afirma que su gran logro es la contribución al crecimiento del equipo. El Movistar se establece como el claro dominador del ciclismo femenino. La neerlandesa tiene un papel protagónico en el objetivo.
“He ganado todas las carreras que tenía como objetivo, incluso el maillot arcoíris que parecía algo increíble. Pero lo que más destacaría es que he podido dar todo por el conjunto”, cerró.
El 2022 es una experiencia completa para el Movistar. Es imposible ganar año tras año. El miedo a descender impulsó al plantel masculino a gestionar un excelente tramo final de temporada.
Val Vlueten es, sin duda, la moneda de oro de la franquicia.
¿Sin Alejandro Valverde podrá el Movistar regresar al podio del ciclismo?
Esperemos que esta no sea la última bala del equipo navarro. Ineos y Jumbo Visma necesitan a un tercer integrante del baile.