Hace no tanto tiempo, allá por la temporada 2014/15, el Barcelona era el mejor equipo del mundo. Los catalanes consiguieron conquistar todos los títulos posibles, igual que seis atrás, entonces con Pep Guardiola al frente del equipo. Ese último gran logro tuvo el sello de Luis Enrique y, sin lugar a dudas, el de una delantera envidiable que resultaba muy difícil de parar. Y Leo Messi, claro, era la principal estrella de un plantel que se fue desgastando con el paso de los años.
Han pasado ya algunos años desde aquel curso dorado y las experiencias posteriores en Europa no han sido especialmente positivas. Partiendo de la premisa de que no conquistar la máxima competición continental, al menos por norma general, no puede considerarse un fracaso -entonces se producirían varios por cada edición-, una cuestión muy importante, más allá de los siempre desagradables éxitos del Real Madrid, ha sido el cómo.
Con el astro argentino liderando al equipo, los culés naufragaron por Europa durante un lustro y fueron protagonistas de algunas eliminatorias que pasaron a la posteridad, con más decepciones que alegrías. En este último grupo podría encuadrarse el famoso 6-1 ante el PSG de Emery, que desperdició un 4-0 en el Parque de los Príncipes y se despidió de los octavos en la última jugada del encuentro.
Las noches más negras tuvieron lugar a partir de entonces: la primera, ante la Juventus de Turín en los cuartos (3-0), tan solo unos días después de golear a los franceses. Al año siguiente, tras ganar a la Roma por 4-1 en el Camp Nou, fueron sorprendidos por los italianos (3-0) y dijeron adiós a cualquier posibilidad de conquistar la Champions. Ya en 2019, el Liverpool ganó 4-0 al Barça e hizo inútil el 3-0 en la Ciudad Condal. Y la guinda fue ya el 2-8 ante el Bayern Múnich, también con Messi en plantilla, aunque en los octavos de la siguiente edición también encajaron otro duró revés: el 1-4 que lideró Mbappé gracias a sus tres goles.
Ahora, la Europa League
Esos años del equipo azulgrana en la máxima competición europea también fueron un desastre, pero entonces eran mínimas las dificultades para dejar atrás la fase de grupos. Contra aquellos equipos inferiores, Leo y compañía solventaban la papeleta sin demasiados apuros; ya en las rondas posteriores, cuando llegaron los rivales de mayor enjundia, todos fueron capaces de golear al Barcelona. Ahora, sin embargo, la realidad es otra: la Europa League. Y entretanto, el argentino se divierte en la capital parisina.
Los azulgranas vuelven a estar obligados a conquistar dicho torneo porque no hay club con mayor presupuesto ni con una plantilla de tanto nivel. Además, a nivel económico es fundamental que el equipo de Xavi Hernández sea capaz de levantar el título. Es posible que se encuentren con el Real Betis, la Real Sociedad, el Atlético de Madrid o el Sevilla durante el camino, estos dos últimos también eliminados en la fase de grupos de la Champions. Por su parte, hay opciones aún de que el Eintracht de Frankfurt vuelva a cruzarse en la trayectoria del Barcelona, aunque los alemanes todavía pueden ser segundos.