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El pundonor de Javier Aguirre a prueba en Honduras: el primer partido oficial con México desde su regreso

Francisco Espinosa García
Javier Aguirre
Javier AguirrePhoto by ULISES RUIZ / AFP
Luego de tres partidos amistosos con los que Javier Aguirre ha logrado aminorar las críticas severas de una afición dolida, el Vasco vivirá su primer partido como entrenador en el suelo hostil de Honduras, donde prometen hacer pasar un infierno al Tri. Un contexto que anhelaba el técnico mexicano para tratar de despertar el fuego en sus dirigidos

El bombardeo de 1937 a la ciudad vasca de Guernica, durante la guerra vivil española, fue lo que terminó por convencer a Basilio Aguirre Alberdi y Mari Carmen Onaindia Landeta de que era hora de ser valientes y dejar para siempre la península en busca de un mejor futuro. Fue México, con sus brazos abiertos para recibirlos, el destino elegido para forjar un nuevo camino sin el estruendo de las bombas y para tratar de matar la melancolía con sueños renovados.

La valentía de ese comerciante y aquella pianista delicada y de gran talento fue heredada por Javier, el que sería el más conocido de sus hijos, quien siempre ha ostentado con orgullo los ocho apellidos vascos de su nombre completo y el carácter férreo de sus padres. Había nacido en Ciudad de México, pero su sangre curtida en Biskaia siempre ha estado presente en cada una de sus maneras. 

Esa personalidad, que nunca escondió y de la que siempre tomó como bandera, fue el cimiento de una carrera profesional como futbolista, pero sobre todo el de una travesía como entrenador que lo ha encumbrado como el mejor director técnico en la historia de México.

A Silvia, su esposa, siempre le pareció atractiva esa forma de afrontar la vida, aunque tuvo que acostumbrarse a todo lo que generaban los impulsos férreos en cada una de las decisiones profesionales de su marido. Al poco tiempo, también se adaptó a tener siempre las maletas listas y, sobre todo, a construir una coraza emocional para soportar las críticas. 

Y es que las ganas y el impulso de Javier siempre han dejado de manifiesto que lo que menos siente el Vasco, al menos en lo referente al fútbol, es miedo. No lo tuvo cuando la Selección Mexicana de Fútbol tambaleaba a principios de siglo para calificar a Corea- Japón 2002, tampoco en 2009 para salvarle el negocio a la Federación donde habían pesadillas por la posibilidad de no acudir al primer Mundial en África y, mucho menos, lo tuvo ahora, con una carrera consolidada, cuando asumió el cargo de seleccionador para tratar de darle forma al Tri de cara al la Copa del Mundo que –en parte— se jugará en casa.

Honduras y un odio ferviente: el primer gran reto 

Pero, aunque la valentía de Aguirre ha quedado de manifiesto, el panorama en su tercer ciclo como entrenador del Tri es, de lejos, el peor de los procesos que decidió afrontar. Con futbolistas en una zona de confort anticompetitiva y sin ganas de sacrificar lo económico en pos de competir en Europa, el Vasco se ha encontrado con pocas variantes para intentar hacer una renovación anhelada y necesaria. 

Pero, aunque la valentía de Aguirre ha quedado de manifiesto, el panorama en su tercer ciclo como entrenador del Tri es, de lejos, el peor de los procesos que decidió afrontar. Con futbolistas en una zona de confort anticompetitiva y sin ganas de sacrificar lo económico en pos de competir en Europa, el Vasco se ha encontrado con pocas variantes para intentar hacer una renovación anhelada y necesaria.

“Tengo las últimas listas de (Diego) Cocca y Jimmy y estamos igual, no creas que hay un universo de 300 jugadores, 80 ni mucho menos”, dijo Aguirre con la franqueza de siempre, previo a su tercer partido amistoso en su nuevo ciclo como seleccionador frente a Estados Unidos, el cual terminó de descomprimir un poco la desconexión con la gente gracias a una contundente victoria.

Con gran parte de los mismos jugadores que Gerardo ‘Tata’ Martino llevó al Mundial, el Vasco disputará este viernes 15 de noviembre su primer partido oficial frente a Honduras en San Pedro Sula, por los cuartos de final de la Nations League de la CONCACAF. Una experiencia también nueva para el técnico mexicano, quien, por increíble que parezca después de tantos años de carrera, vivirá su primer partido como entrenador en suelo hondureño.

Mientras tanto, en Honduras se ha acrecentado el odio generalizado a todo lo que huela México. En noviembre de 2023, los catrachos visitaron al Tri en el Azteca en la misma justa y se sintieron “robados” por lo que consideraron que fue un polémico arbitraje del salvadoreño Iván Barton, quien añadió más de 13 minutos en el segundo tiempo, tras las constantes pérdidas de tiempo de la H, provocando que México empatara el marcador global antes de ganar en penales.

“Hoy jugamos 13 minutos y si no hubiera caído el gol de México se hubieran jugado 16 minutos. Lo de hoy es un descaro, un robo a mano armada. En mi vida había visto un robo así“, declaró molesto y públicamente tras el partido el vicepresidente de la Federación Hondureña de Fútbol, Juan Francisco Saybe.

Esa declaración sigue estando muy presente en todo el país y la polémica ha traspasado al fútbol. Diversos reporteros mexicanos han denunciado el maltrato sufrido en aeropuertos, restaurantes y taxis donde encuentran abiertamente comentarios en contra de su nacionalidad, aludiendo que la selección de Honduras también ha sufrido lo mismo al visitar suelo azteca.

Por si fuera poco, la prensa del país ha hecho eco de los planes ruidosos de la afición catracha para intentar que los mexicanos no puedan dormir una noche antes del partido e intentar hacer su parte, en medio de una de las crisis más profundas que Honduras ha vivido en los últimos procesos mundialistas. 

Los ojos puestos en Aguirre

Esas condiciones, aunadas a la falta de renovación por la carencia de materia prima, generaría una presión difícil de aguantar para cualquier entrenador, pero no para Javier Aguirre, quien ha vivido toda su carrea deseando estos retos constantes que extralimitan a los futbolistas. Amante del carácter de sus genes, al técnico mexicano le fascina darse cuenta que tiene a jugadores que vivan y sientan la vida igual que él.

“Me gustaría ver a estos jugadores en escenarios complicados. Me gustaría ir a jugar contra Brasil, me gustaría ir a Italia, me gustaría ir a Nigeria, me gustaría ir a Honduras, me gustaría ver a los jugadores en un escenario donde van a ser sometidos a la presión máxima. Quiero ver sus conductas ante esa adversidad, ante ese escenario hostil”, declaró el Vasco poco después de asumir.

Así que, mientras todo un país piensa en cómo hacer para que los mexicanos no duerman y hacerles pasar un infierno durante el partido, Javier Aguirre está ansioso de que llegue el encuentro y sonreír en el área técnica para gozar de la adversidad, esa que sortearon sus padres en un contexto de mucha mayor importancia. Y esa herencia cultural y genética, que ha llevado siempre con el pecho inflado, es a la que se aferra para intentar que la Selección Mexicana de Fútbol salga de un letargo exasperante de cara a la próxima justa mundialista. 

El técnico mexicano quiere obtener su primer título en España, su segunda casa. Un lugar al que puede considerar hogar, pues además lleva un sobrenombre con origen en nuestro país, ‘El Vasco’, porque es descendiente de familiares nacidos en el País Vasco. Su padre es de Ispaster, y su madre, pero partieron hacia Latinoamérica después del bombardeo que sufrió la ciudad de Guernica en 1937.