El Villarreal cae en la trampa del Rayo, que toma La Cerámica y se acerca a Europa (0-1)
El último encuentro de la decimonovena jornada de LaLiga Santander medía a dos candidatos a terminar el campeonato doméstico en los puestos de acceso a competiciones europeas. El Villarreal, desde la inauguración de su nuevo hogar, contaba sus tres partidos ligueros por victorias (aunque el último, contra el Girona, llegó a última hora proveniente de un polémico penalti), lo que sería una garantía por norma general, pero no contra el Rayo Vallecano.
Los madrileños, curiosamente, no sabían lo que era perder fuera de casa desde el pasado 8 de octubre, con dos triunfos y dos empates por el camino, con lo que habían demostrado que sabían manejar a la perfección los tiempos de los encuentros lejos de Vallecas y la desesperación de los locales, como finalmente sucedió en el Estadio de La Cerámica.
Pero el partido comenzó y los que manejaron la escena como si de un monólogo se tratase fueron los pupilos de un Quique Setién que erró en su comentario en la previa del choque en el que imaginaba un Rayo “atrevido y valiente”.
Vendaval amarillo en la primera mitad
El Submarino amarillo, con las sorpresas en el once de Jorgensen por Reina en la portería y de Cuenca por Pau Torres en el centro de la zaga, salió a por todas para minimizar a su oponente y no tardó en llegar la lluvia de ocasiones, comenzando con una de Yéremy Pino que aprovechó una contra para entrar al área y disparar ligeramente cruzado.
Fue un aviso de lo que se le venía encima en el primer tiempo a los chicos de Andoni Iraola, que apenas podían llegar al área rival y permitían a sus adversarios entrar en la suya con muy pocos pases. Y cuando no era a través de pases, era por errores propios. Catena se hizo un lío en defensa y Baena, con todo a su favor para disparar, fue demasiado generoso y buscó el pase de la muerte que salvó Balliu tirándose al suelo. La jugada acabó con un cabezazo de Gerard Moreno que, pese a que estaba totalmente solo, no acertó a dirigir entre palos.
El show de Dimitrievski
En ese momento apareció Dimitrievski para salvar a los suyos y vaya si se ganó bien el sueldo. Para desesperación del público asistente a La Cerámica, el guardameta macedonio se multiplicó para evitar el gol del Villarreal una y otra vez. En la misma jugada, Pino chutó al larguero y el portero salvó bajo palos el disparo de Moreno en el rechace.
Ni cinco minutos después llegó otra doble oportunidad de los amarillos, que ya no sabían qué hacer para abrir la lata. Baena, en un gran gesto de técnica, se deshizo de Pathé Ciss con un caño en el centro del campo, llegó a la frontal y trató de ajustar el tiro, pero Dimitrievski despejó. El balón le llegó a Capoue, pero tampoco tuvo suerte ante el muro rayista con guantes.
La incredulidad del Villarreal, que no paró de atacar pese a su frustración, todavía pudo ser mayor cuando, en la única llegada de los franjirrojos con peligro en los primeros 45 minutos, el esférico le cayó rebotado a Ciss cerca del área pequeña, pero quiso hacer el más difícil todavía y, en vez de girarse para tener un disparo más fácil, prefirió intentar un taconazo que habría sido el gol de la jornada de haberle salido.
El Rayo dio un paso al frente tras el descanso
Los de Iraola habían conseguido llegar al descanso con los deberes hechos, aguantando el arreón de los castellonenses y con la esperanza de que el partido se les pusiera de cara tras la pausa en los vestuarios.
Y así sucedió, porque el Villarreal del segundo tiempo no fue el mismo que el del primero, y el Rayo tampoco, claro. Aunque Alberto Moreno quiso continuar con la inercia del principio con un potente disparo desde lejos nada más comenzar el segundo tiempo, poco más pudieron hacer los locales porque el conjunto de la capital tomó la voz cantante y pasó de dominado a dominador.
Y fruto de este giro de 180 grados en el encuentro llegó el gol. En el minuto 70, con la defensa amarilla totalmente dormida, Trejo buscó al espacio a Sergio Camello, que se plantó solo delante de Jorgensen. El canterano del Atlético tuvo la sangre fría que no habían tenido sus rivales previamente y batió por bajo al guardameta danés para certificar que el plan de Iraola había salido bien.
El equipo groguet, valga el juego de palabras, quedó tan grogui que estuvo a punto de encajar el segundo tanto, también del propio Camello, poco después. Además, se le sumó la lesión de Foyth, con lo que de repente se les había complicado un partido que parecía que era cuestión de tiempo que decantaran a su favor.
La caraja duró poco porque en los últimos minutos los de Setién se volcaron en busca del empate, pero ni Coquelin ni, sobre todo, un Gerard Moreno que tuvo una gran ocasión en el tiempo añadido que falló incomprensiblemente, pudieron encontrar el ansiado gol y se quedaron en la quinta plaza a tres puntos del Atlético de Madrid, que cierra los puestos de Champions League. El Rayo, por su parte, ya es séptimo y solo está a dos puntos tanto de los propios castellonenses como del Betis, sexto clasificado de LaLiga.
Jugador Flashscore del partido: Dimitrievski.
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