El Inter se adueña de Milán y ya espera rival en la final de la Champions (1-0)
Si hay algo mejor en el fútbol que alcanzar una final de Champions a costa de cargarte a tu más íntimo enemigo por el camino, que vayan a Milán y se lo cuenten al Inter, que saborea como pocos su presencia en la gran final europea.
Esa necesidad de remontar obligó a Pioli a poner un once muy ofensivo, con cuatro delanteros, lo que les dejaba muy expuestos en defensa, pero le garantizaba mayor presencia arriba. Y aunque los locales comparecieron mandones, sin especular, casi le sale de lujo el plan a los rossoneri si Brahim hubiese acertado, tras una gran acción de Tonali, con un sencillo remate desde el punto de penalti. Nueve de diez las mete. Pero el malagueño disparó al muñeco y Onana evitó el gol.
Era el minuto 10 y todo podía haber cambiado. Eso es lo que duró de verdad el derbi de la Madonnina. Desde ahí, Inzaghi leyó bien que los dos jugadores eran la clave milanista y puso sombras a perseguirles.
El Milan, sin respuesta
Sin nadie entonces que llevara con calidad el balón a Leao, Messias y Giroud, el plan ofensivo se fue al garete con el Inter creciendo y ganando terreno desde las bandas. Y aunque el reaparecido Rafael Leao se las ingenió para mostrar su calidad al mundo y casi marcar, la respuesta del Inter no se hizo esperar. Si no es por Maignan, la eliminatoria habría quedado sentenciada en la primera mitad con el testarazo de Dzeko.
A pesar de los dos goles en contra, el Milan siguió tras la pausa con el mismo ritmo cansino, como si la cosa no fuera con ellos, como si supieran que caerían los goles porque sí. Aunque para eso hay que rematar a portería, al menos intentarlo. El Inter vivía tranquilamente dejando pasar los minutos, sorprendido por la poca ambición y profundidad de su rival… hasta que se cansó de esperar y probó fortuna en ataque.
Lautaro-Lukaku, otra vez pareja
Por entonces, ya había entrado Lukaku y el belga encendió la conexión con Lautaro Martínez para que el argentino, con un fuerte disparo con la zurda y con fe, sorprendiera a Maignan en su propio palo. Un gol que hizo temblar los cimientos del estadio porque ya sí, el billete a la final de la Champions estaba asegurado.
Ya no hubo nada más que algún pique, provocado por la impotencia de un decepcionante y agotado Milan, mientras los tifosi nerazzurri se divertían entre olés mientras ovacionaban a sus jugadores, los mismos que les han colocado a las puertas de la gloria. Estambul les espera.
Jugador Flashscore del partido: Lautaro Martínez (Inter)
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