La Champions se enamora de una fantástica Real Sociedad (3-1)
Da gusto ver un partido de la Real Sociedad. Da igual que seas o no seguidor de los txuri-urdin. Incluso que seas su acérrimo rival. Si te gusta el fútbol, con los de Imanol Alguacil te lo vas a pasar pipa. Salvo que seas uno de los cafres radicales que a veces se escapan de sus jaulas y se cuelan en los estadios. El Benfica, por desgracia, tiene varios y lanzaron varias bengalas que pusieron en riesgo la integridad de las personas en la grada.
Pero volviendo al deporte en sí, lo de la primera parte ante el Benfica fue una exhibición de las que hacen afición. Fueron tres goles, pero pudieron ser más si Brais Méndez no hubiera enviado un penalti al palo o si a Mikel Merino no le hubiera rozado en la mano un rebote que terminó con el balón dentro de la portería. Pero casi que dio igual. Cada llegada de la Real era medio gol.
El festival comenzó en el minuto 5. Los txuri-urdin asediaron a las águilas y las cazaron con un cabezazo de Mikel Merino, quien leyó a la perfección dónde caería el balón tras rebotar en el césped a disparo de Ahien. Entró solito y remató a placer. De esos remates en los que ya te estás relamiendo antes incluso de golpear la pelota con la frente.
Lejos de conformarse, cinco minutos después llegó el segundo. La pájara benfiquista era de escándalo y el más listo de la clase, Mikel Oyarzabal, lo iba a aprovechar robándole la cartera a Otamendi tras un pase atrás de Florentino Luis para batir cruzado a Trubin.
Dos goles anulados y un penalti
La reacción portuguesa no llegó. Entre otras cosas, porque se miraban los unos a los otros y nadie pegaba un grito para despertar de una pesadilla que aún fue más grave. No subió antes del cuarto de hora, como decíamos, otro tanto del capitán donostiarra por fuera de juego ni otro de Mikel Merino porque el rebote del portero le rozó en la mano. Y ahí el reglamento es claro. Nada que objetar. Pero se veía venir el tercero porque la Real no dejaba de atacar y atacar y volver a atacar.
Fue Barrenetxea su autor. Un recorte, una mirada a la portería y ya saben aquello de "donde pongo el ojo pongo la bala"... pues en este caso fue la bola casi en la escuadra, imposible para el portero. 3-0 a los 20 minutos. Y porque Brais falló el citado penalti, que si no...
Fue entonces cuando Roger Schmidt quitó a un desacertado Florentino para colocar en el campo a Jurasek y se rearmaron un poco mejor para evitar una goleada escandalosa. Aun así, Oyarzabal volvió a rozar el cuarto.
Silva y las bengalas
El problema de ser tan superior y de tan pronta goleada es que te puedes relajar en exceso. Y a los cuatro minutos de la reanudación, gol de Rafa Silva, el primero de los lusos en la presente edición de la Champions. Se quedó la Real un poco grogui. Sin duda, le afectó el lanzamiento de varias bengalas a sus aficionados en la grada baja, lanzadas por los radicales benfiquistas. El fútbol pasó a un segundo plano durante varios minutos.
Cuando las cosas se tranquilizaron, aunque volverían los cafres a hacer de las suyas, la Real retomó el pulso al partido y tuvo un par de llegadas para amenzar la portería rival. El Benfica apenas se acercó con claridad a los dominios de Remiro. Y si no, ahí estaba Le Normand jugándose el tipo para frenar cualquier embestida.
La Real, con el 3-1 y 10 puntos en el zurrón, ya está clasificada para los octavos -el Inter ganó al Salzburgo- a costa de un Benfica eliminado de la Champions y que bien haría en expulsar a los 'bengalistas'.
Jugador Flashscore del partido: Mikel Merino (Real Sociedad).
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