Los dos primeros años de Messi en el PSG, una mancha en una trayectoria de ensueño
Llegado a la capital francesa en el verano europeo de 2021, la superestrella de 35 años podría marcharse, en caso de que se confirme la información de una fuente en Arabia Saudita, sin haber respondido a las esperanzas que habían depositado en su figura los propietarios cataríes y los aficionados parisinos, decepcionados por, según ellos, su falta de implicación y por su discreto rendimiento.
Horas después de esas informaciones de una fuente cercana a las negociaciones, el padre del delantero, Jorge Messi, salió al paso afirmando que no hay "absolutamente nada con ningún club para el año que viene".
Sea como fuere, las aclamaciones y el recibimiento propio de una estrella de rock a su llegada dieron paso a las críticas, incluso a los pitos de los ultras del Parque de los Príncipes, hartos de los hundimientos en Liga de Campeones, que achacaron a la política de fichajes de nuevo rico, cuyo principal exponente era Leo Messi.
Contrato hasta el 30 de junio
Interrogado este martes, el club parisino se limitó a recordar que Messi tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio.
Varios medios informaron estos últimos días una oferta desorbitante del Al-Hilal, valorada en 400 millones de euros (unos 440 millones de dólares) al año para convencer a Messi y recrear la mítica rivalidad con Cristiano Ronaldo (que juega en el rival Al Nassr) cuando ambos coincidieron en la Liga española.
Con contrato con la oficina saudita de turismo para realizar la promoción en sus redes sociales, su escapada a la monarquía petrolera la semana pasada con esos fines comerciales, y sin autorización del PSG, creó una nueva fricción entre el jugador y el estado mayor catarí en el seno del club francés.
Sus dos años en París aparecen por el momento como un pequeño borrón en la mayúscula carrera del delantero con siete Balones de Oro en sus vitrinas con FC Barcelona (2004-2021, cuatro títulos de Liga de Campeones y 10 de Liga) y deslumbrante con Argentina conquistando el año pasado el Mundial de Catar, su gran sueño.
Decepción europea, gloria mundial
Sobre el papel, el tridente Mbappé-Messi-Neymar debía ser imparable, pero fue desactivado en demasiadas ocasiones o la fórmula, directamente, no ha terminado de cuajar hasta la fecha.
La cosecha se ciñe por el momento a sólo dos títulos nacionales (Ligue 1 y Supercopa de Francia en 2022), con dos dolorosas eliminaciones en octavos de final de la Champions.
Este curso le quedan por delante cuatro partidos para sentenciar una nueva Ligue 1.
Pero paradójicamente ha sido como jugador del PSG cuando Messi ha conseguido el mayor éxito de su carrera: ganar el Mundial con Argentina, en Catar. El último título que le faltaba para sentarse en la misma mesa que su compatriota, el legendario Diego Maradona, campeón en 1986.
Después de la tercera estrella añadida a la casaca de la Albiceleste, Messi confesó: "Quería terminar mi carrera con este título".
Como un mensaje premonitorio para la continuación de su temporada en París, donde se ha mostrado discreto sobre el terreno de juego, lejos de los estándares a los que tenía acostumbrados a los aficionados al fútbol de todo el mundo.
Cuando el chico de Rosario cuelgue las botas, estas dos temporadas en París quedarán como un paréntesis en medio de una carrera triunfal, que vivió su punto culminante al término de la final del Mundial contra la selección francesa de su compañero Kylian Mbappé.