Un gol de Rodrigo da al City menos brillante su primera Champions ante un gran Inter
Pocas veces en los últimos tiempos, si es que ha habido alguna, habrá existido un favorito tan claro antes de empezar una finalísima de Champions. El arrollador City de Guardiola, con su reciente exhibición ante el Real Madrid aún fresca en la mente de todos, buscaba su anhelado primer título frente a un Inter de Milán con más historia pero, en teoría, menos opciones. Una sorpresa de los italianos tenía que pasar por cuajar un partido perfecto y hacerlo coincidir con uno poco inspirado de los británicos. Poco faltó.
El fastuoso espectáculo previo de luces, música y pirotecnia fue el preludio del partido más seguido del año en Europa. Una cita grande con una recompensa muy preciada. 20.000 seguidores de cada equipo vibraban y se ilusionaban en la grada.
El Inter salió valiente queriendo quitar el balón al City pero la calidad de los citizens es de “club gourmet”. Cinco minutos tardó el equipo de Guardiola en darle el primer susto a los italianos con un disparo de Bernardo Silva. El Inter no se arredró. Simone Inzaghi exigía intensidad y atrevimiento a sus futbolistas. El City, seguramente, no esperaba un escenario así.
Hasta el minuto 26 no creó el equipo inglés su primera ocasión realmente clara. Un balón que llegó a Haaland dentro del área, fue rematado con la zurda por el noruego. Onana salvó la ocasión de gol. A renglón seguido, llegó un mazazo durísimo para Guardiola. Kevin De Bruyne, la magia del equipo y la conexión con el “killer” nórdico, se retiraba por lesión muscular. En su lugar entró Foden. Pep perdía al rey de su tablero.
El magnífico trabajo defensivo del Inter empezaba por la presión de Lautaro y Dzeko arriba para obstaculizar la salida de balón del rival. El planteamiento de Inzaghi salió perfecto, salvo por la falta de ocasiones generadas. El Inter se marchó al vestuario pensando que la gran sorpresa ya no era tan utópica y el City con la certeza de que tendría que pelear más de lo imaginado.
En el inicio de la segunda parte el guión cambió poco. El City tenía algo más el balón pero los italianos cortocircuitaban las líneas de conexión con Haaland. Cerraban bien todos los espacios. Sólo les faltaba animarse más en ataque. Lo hizo Lautaro en un mano a mano con Ederson tras error de Akanji, aunque muy escorado. La despejó el brasileño.
El partido lo desatascó un español. Rodrigo Hernández cazó un balón suelto en el área y, con un disparo duro y ajustado, con el interior de su pie derecho, logró el primero. Cuando peor lo estaba pasando el City llegó su gol salvador. Respiraba de alivio Guardiola, aunque le duró poco porque dos minutos después Di Marco remató de cabeza al larguero y su golpeo posterior tropezó en su compañero Lukaku. El belga probó poco después a Ederson. El equipo lombardo iba ya a por todas.
El choque empezó a romperse. Foden tuvo un cara a cara con Onana que salvó el portero camerunés. El Inter lo intentaba pero ya flaqueaban las fuerzas. El City se defendía como mejor sabe, con el balón. Tuvo una ocasión clarísima Lukaku de cabeza, pero remató flojo y centrado y la sacó Ederson, que tuvo que salvar una más ante un equipo volcado. El City menos City ganó una final con la que llevaba años soñando. El Inter demostró que, a veces, las cosas no son como parecen. Siete años después, Guardiola cierra el círculo. Su equipo es el nuevo rey de Europa.
Jugador Flashscore: Rodrigo Hernández
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