Vinicius y De Bruyne empatan a golazos en un duelo vibrante. El Etihad decidirá
El ambiente era el de las grandes noches europeas, que en el Santiago Bernabéu son más habituales que el cualquier otro estadio. Para el Madrid hay varias Nocheviejas en un año. La fiesta en los aledaños comenzó muchas horas antes, con el ya típico multitudinario recibimiento de la afición, con el autocar abriéndose paso con las motos de la policía por delante y apareciendo, como saliendo de las tinieblas, entre el humo de las bengalas. La impresionante atmósfera era el preludio de un duelo entre colosos
Se alzó el telón del gran espectáculo y el City empezó a presionar arriba la salida del Madrid. Rudiger se pegó a Haaland como una lapa desde el minuto 1. Declaración de intenciones. Vinicius también avisó en el minuto 3. Walker debió salir con Ibuprofeno para el dolor de cabeza sabiendo la pesadilla que le esperaba. Los de Guardiola querían monopolizar el balón y los de Ancelotti no estaban incómodos defendiendo en bloque bajo. Menos espacios para el vikingo.
El primero en probar a Courtois fue De Bruyne. A pesar de estar tapado por Alaba, no fue difícil para el belga. El segundo fue Rodrigo Hernández y ahí sí tuvo que lucirse Courtois. Era un chut fuerte, abajo y pegado al palo. En el 14 Haaland chutó con inocencia. El Madrid no salía de su campo. El noruego lo probó de cabeza un minuto más tarde.
El Madrid sabía que iba a tener pocas ocasiones y debía sacar rendimiento de ellas. Vinicius se aprovechó de un error de Rodri y el pase fantástico a Benzema, que estaba en boca de gol, lo sacó Rubén Dias in extremis. La posesión del City era abrumadora.
A partir del 30 los ingleses se tomaron un respiro y los blancos despertaron. Una galopada de Valverde con centro preciso a Benzema se frustró por control con la mano del francés. En la siguiente, Camavinga entró por la izquierda, se la entregó a Vinicius y el brasileño, tocado por una varita, marcó un golazo descomunal desde fuera del área. Nadie en los visitantes se lo creía y Guardiola encaró el vestuario cabizbajo, preguntándose, una vez más, qué había pasado tras una primera parte de pleno dominio citizen.
El Madrid salió en la segunda mitad con otro talante. Atacando, tocando el balón y gustándose. En un contragolpe de los ingleses, Courtois sacó su libro de los milagros ante De Bruyne, en dudoso fuera de juego. Lo mismo hizo Alaba con Haaland poco después, tapando un remate letal. La respuesta llegó con Vinicius. Cada vez que le llegaba el balón, todo el City temblaba. Él solo sembraba el pánico en todo el equipo rival. Valverde también se animó y lo intento en su especialidad, desde fuera. Se le fue alto.
Cuando el Madrid estaba volcado, un ataque del City sin aparente peligro acabó con un latigazo del belga De Bruyne, tras dejada de Gundogan, similar al de Vinicius en el primero. Fue imposible pararlo incluso para su compatriota Courtois. Ante el ostracismo de Haaland, secado por Rudiger, apareció su socio, la elegancia hecha futbolista.
Haaland, anulado por Rudiger
Haaland se presentó por primera vez en el Bernabéu con un dato absolutamente demoledor como tarjeta de visita: 51 goles en 48 partidos y, lo que resulta más abrumador, un gol marcado cada 48 minutos en competición oficial esta temporada. Había temor en la grada a que el monstruo apareciese. Venía a comerse el Bernabéu y Rudiger se lo comió a él.
El 2-1 estuvo en las botas de Tchouameni, que había salido poco antes. Ederson sacó como pudo su zapatazo. El Madrid acosó al City al final, volvió a competir ante un equipo que parecía superior, pero todo se decidirá en ocho días en Mánchester.
Jugador Flashscore del partido: Vinicius