La calidad de Athletic, Girona y Celta pudo con la ilusión del Cayón, Orihuela y Sestao
Cayón-Athletic de Bilbao 0-3
El Athletic de Bilbao no dejó resquicio a la duda ante el modesto CD Cayón en un partido disputado bajo la lluvia en El Sardinero.
Fue Asier Villalibre el que, en el minuto 21 y después de un rechace del portero, aprovechó para perforar el marco rival y abrir la lata. Ya había llegado en numerosas ocasiones el Athletic ante un Cayón que no había inquietado en nada la meta de Julen Agirrezabala.
Y menos aún cuando poco después, con un más que controvertido penalti, Villalibre engañó a Galnares para firmar el 0-2.
En la segunda mitad, ante tal superioridad, los de Valverde bajaron el ritmo, lo que hizo que el Cayón pudiera ofrecer algo más en ataque. Pero al final, llegó un tercer gol bilbaino, obra de Iñaki Williams.
Orihuela-Girona 2-5
Lo peor que le puede pasar a un equipo inferior que lleva soñando muchos días con medirse al equipo de moda del fútbol español, es encajar un gol a las primeras de cambio. Y eso fue lo que ocurrió en el minuto siete, momento en el que Pablo Torre, asistido por el inédito Iker Almena, acertó a batir a Aitor Arias para colocar el 0-1.
Pero lejos de hundirse, los alicantinos continuaron con su plan, confiando en sus armas y teniendo la recompensa buscada con el empate de Mendi poco antes de la media hora de juego con un testarazo tras saque de falta.
Incluso se lo creyeron de tal modo que en el tiempo añadido, 45+3, otra vez a balón parado, Booker celebró la remontada colocando con la testa el 2-1 y poniendo al Girona contra las cuerdas.
Míchel Sánchez se vio obligado a tirar de titulares como Yan Couto, Miguel Gutiérrez y Savinho. Fue acoso y, en el 66', derribo, cuando Stuani remató el que fue el 2-2 tras una gran acción colectiva.
El propio uruguayo firmó el 2-3 tras un gran centro de Miguel Gutiérrez, después de forcejear -no había VAR- con Mendi. Y aún llegaría el cuarto, que llevó el sello de Portu. Y el quinto, de Valery. Un resultado demasiado abultado para los enormes méritos que había acumulado el Orihuela. Pero donde manda la calidad...
Sestao-Celta 1-2
Al contrario de lo que le ocurre en LaLiga, el Celta no tardó demasiado en poner las cosas en su sitio ante un rival de inferior categoría. Pasado el ecuador del primer tiempo, Douvikas anotó el 0-1 con el que ponía la eliminatoria de cara. ¿Estaba todo dicho? Pues no, porque un marcador tan corto es una invitación clara a que el rival piense que es posible igualar.
Eso es lo que hizo el Sestao. Remar y remar, literalmente con el diluvio que caía, hasta alcanzar la orilla gracias al fuego amigo de Unai Núñez y su tanto en propia meta en el minuto 74.
Por desgracia para ellos, no le duró demasido. En el 78, Douvikas otra vez, ahora de penalti, volvió a adelantar a los vigueses. Sufrieron hasta el final, con el Sestao disfrutando de varios saques de esquina en los dos últimos minutos, pero aguantaron para pasar de ronda.