A la espera de Scamacca, Spalletti busca a su héroe: ¿es la apuesta correcta?
Italia es un país que ama a los salvadores de la patria. Los héroes, más o menos esperados, que en algún momento de la historia cambian a mejor la suerte del país. Una tendencia que, como no podía ser de otra manera, siempre ha encontrado terreno fértil incluso en el mundo del fútbol. Basta pensar en aquel Paolo Rossi, convocado por Enzo Bearzot contra todo y contra todos pese a estar inhabilitado por apuestas futbolísticas, que acabó resultando decisivo en el Mundial de 1982.
Pues bien, incluso este año, o mejor dicho, especialmente este año, los aficionados italianos están dispuestos a invocar a su propio nuevo Garibaldi del fútbol. Y sí, porque la sensación -que, entonces, no es sólo una sensación- es que el nivel de Italia está, como mínimo, un peldaño por debajo del de las selecciones favoritas a la victoria final de la Eurocopa que arrancará el próximo 14 de junio en Alemania.
Por supuesto, cuando uno oye "Alemania", si el contexto es futbolístico, la mente se remonta a 2006 y al héroe menos esperado de la historia del fútbol italiano: Fabio Grosso. Uno que sobre el papel, en vísperas del Mundial que entonces ganó la selección de Marcello Lippi, debería haber desempeñado, como mucho, un papel secundario.
A la espera de Gianluca
Pues bien, de cara al torneo que comienza para los Azzurri el sábado 15 de junio contra Albania, uno de los jugadores más esperados es Gianluca Scamacca. Toda una paradoja, teniendo en cuenta que el delantero centro de la Atalanta no ha demostrado prácticamente nada con la camiseta azzurra.
No es que no haya hecho nada con los clubes en los que ha jugado. Sin embargo, sus buenas actuaciones con la Dea, incluida la que protagonizó en la final de la Europa League contra el invicto Bayer Leverkusen, han canalizado hacia él las -débiles- esperanzas del pueblo italiano, que, nunca como en este caso, no parece saber a qué santo encomendarse.
Un campeón en potencia que, sin embargo, al menos hasta ahora, ha merecido, como mucho, la etiqueta de buen futbolista. Y sí, porque, esperando a Godot, Scamacca tiene ya 25 años y sólo ha marcado un gol con la selección, que ni siquiera sirvió para puntuar, teniendo en cuenta que aquel día (17 de octubre de 2023) Italia cayó derrotada ante Inglaterra en Wembley.
La cura Gasperini
La cura Gasperini, sin embargo, también pudo hacer maravillas en su caso. De hecho, su aventura en Bérgamo no había empezado nada bien. Prueba de ello son las repetidas exhortaciones de su propio entrenador, cansado de ver cómo un jugador de su calidad se conformaba con el salario mínimo.
¿Por qué le he criticado? Respondí a una pregunta. Debe mejorar sobre todo en aumentar el dinamismo y el radio de acción. Si lo conseguimos, su rendimiento subirá. Todo el mundo conoce sus cualidades", admitió el técnico piamontés.
Lo cierto es que, si Luciano Spalletti consigue darle los mismos estímulos con los que Gasp le ha hecho crecer en los últimos meses, para los azzurri será una alegría. Repetimos: la calidad técnica nunca ha estado en duda. Lo que le faltaba era -y hablamos en imperfecto para ser optimistas- la capacidad de comprender la importancia de leer correctamente el juego y, al mismo tiempo, de asumir la responsabilidad, de llevar el peso del equipo sobre sus hombros cuadrados en los momentos clave.
Hombre clave
Y es precisamente del último Scamacca visto sobre el terreno de juego, aquel que además de concentrado y abnegado es goleador (19 goles en 44 partidos jugados con la Dea), de quien Italia necesita para dar el salto de calidad que le permita acercarse a Francia, Inglaterra y Portugal. En definitiva, un auténtico hombre clave.
Desde luego, Spalletti está dispuesto a apostar por él, convencido de sus cualidades, pero también de que podría ser el socio ideal de Federico Chiesa, según confesión propia, su 'Jannik Sinner'. Queda por ver si el delantero romano será capaz de merecer la confianza que el técnico italiano -más por necesidad que por deseo- está dispuesto a darle. Y, quién sabe, el próximo 14 de julio (día de la final de la Eurocopa 2024) podría convertirse en el nuevo héroe del fútbol italiano.