Desde que decidiera doblar Eurocopa y Juegos Olímpicos en el verano de 2021, los problemas físicos han acompañado en demasiadas ocasiones al tinerfeño. Y cuando parecía que todo iba a mejor, que su ya trabajada musculatura aguantaba carros y carretas, llegó la rodilla izquierda y dijo basta.
Pedri se quedó en la concentración, fastidiado y dolorido, pero sin abandonar a su otra familia. "Es verdad que son cosas del fútbol. Venía de una temporada complicada para mí, había tenido muchas lesiones, no he tenido esa continuidad que me gustaría, a un futbolista es lo que más le gusta, tener esa continuidad. Cuando pasan estos percances, te replanteas muchas cosas", ha explicado a los medios de la RFEF.
Habla por experiencia porque ya sabe que no sólo se trata de la recuperación física sino de la mental también. "Los primeros días son los peores siempre. Cuando casi no puedes ni caminar, tienes mucho dolor… Te replanteas muchas cosas, por qué te pasa siempre a ti, en qué puedes mejorar… En este caso fue un golpe y ahí poco se puede mejorar, pero siempre intentas buscarle el lado positivo, te va a servir para intentar mejorar y superar las pequeñas piedras que están en tu camino, te hará más fuerte".
Una familia a la que ayudar
Pedri podría haber abandonado la concentración y comenzar la rehabilitación con su club, pero ha preferido, con el permiso del Barça, quedarse con la selección y ser uno más fuera del césped. "Aquí dentro somos una familia y es lo que nos ha llevado a estar en la final. Y esa final nos merecemos ganarla por la familia que somos".
De ahí que no tenga reparos, tímido como es con quien no le conoce, que pida un deseo a sus compañeros. "¡Que me hagan campeón de Europa!"