España saca ante Escocia medio billete para la Eurocopa (2-0)
El Día de la Hispanidad no podía terminar mal para España. Había una herida que sanar desde que La Roja fue golpeada en tierras escocesas. No era una revancha, era una oportunidad para demostrar que el orgullo patrio, qué mejor que en una jornada de Fiesta Nacional como la del 12 de octubre, sigue intacto. Y que, a calidad futbolística, el color que manda es el rojo.
Y así se lo tomaron nuestros internacionales. Fue una buena puesta en escena de España con un mano a mano de Ferran, que disparó desviado con todo a su favor. Hubiera sido la ocasión perfecta, en el primer minuto, para impedir que los escoceses construyeran su muro y tirasen la llave al foso. Porque eso es lo que hicieron, como en Glasgow, pero incluso de modo más descarado. El punto les valía para ganarse el billete a la Eurocopa.
Así que tocaba tirar de paciencia, de mover la bola de lado a lado. Pero para despistar al rival, para abrir huecos en el descarado 1-5-5-0, se necesitaba velocidad en la circulación. Y si Carvajal no tenía el día en los centros, falta hacía que los interiores y extremos -Gavi, Ferran y Oyarzabal- encarasen. Los desmarques y los regates, sin embargo, les provocaban fobia a los tres, facilitando el trabajo a los de Steve Clarke.
Sólo una vez pudieron conectar Gavi y Oyarzabal. El tiro del realista fue rechazado y llegó a Mikel Merino, quien golpeó de volea, como le venía... al palo.
Después llegaría un tanto anulado a Morata, en un clarísimo fuera de juego. Y nada más. Salvo una lesión de Robertson, sobre el que cayó encima Unai Simón. Para una vez que se asomaron al ataque, el lateral del Liverpool acabó muy tocado en el hombro y tuvo que ser sustituido.
La revolución de Bryan... y de Jesús Navas
Detectó De la Fuente, tampoco hay que ser un lince, que faltaba atrevimiento. Y a Bryan le sobra. Su tarjeta de presentación fue un regate desde la izquierda y un disparo que salió desviado. Ya había hecho más que Ferran, por ejemplo. Y sus compañeros se contagieron de su electricidad. Mas el efecto se fue diluyendo y ni su debut ni el de Fran García ni el de Sancet permitían perforar la muralla.
Es más, fue McTominay el que dio más voz a los 4.000 escoceses en la grada marcando un golazo de falta casi sin ángulo. Por fortuna para España, un toquecito de Hendry a Unai Simón en la trayectoria del balón, permitió al árbitro, previa consulta con el VAR, anularlo. Para ser sinceros, discutible decisión, muy discutible.
Respiró España, que se volcó más en ataque en cuanto Jesús Navas entró en el campo. Y el sevillano no defraudó en absoluto. En uno de sus primeros centros conectó con Morata, que ahora sí, cabeceó en posición correcta para derribar el muro escocés. ¡Tierra! podrían haber gritado como aquel 12/10/1492.
Sancet y lo de besar el santo
Se estiró Escocia, ya sin nada que proteger, y algún sustito le pegó a Unai Simón con la entrada de Armstrong y Adams. Con qué poco creaban peligro los británicos. Claro que su mejor arma, la defensa, se vino abajo con el resbalón de Hickey que aprovechó Joselu para robar y centrar adonde entraba Sancet. El debutante, a medias con Porteus, anotó el tanto de la tranquilidad, que igualaba incluso el average.
Una victoria muy sufrida, de mucho valor, pero que no debe esconder que España necesita un plan B e incluso uno C. No basta con tener la bola y pasársela unos a otros como si jugasen en el patio sin oposición. Aun así, el domingo ante Noruega podría sentenciarse el pase a una nueva fase final.
Jugador Flashscore del partido: Jesús Navas (España).
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