Montse Tomé se mostró contrariada después de perder este viernes ante un rival teóricamente inferior. La falta de frescura de unas jugadoras que han tenido poco tiempo para descansar, la gran efectividad que mostró el conjunto anfitrión y los errores individuales de futbolistas como Misa Rodríguez (una grosera pérdida de balón se tradujo en un penalti) o incluso Irene Paredes (fue expulsada en el minuto 70) fueron elementos decisivos.
Aitana Bonmatí adelantó a las suyas con un centro que se envenenó y que acabó introduciéndose en la portería defendida por Olivie Lukasova, flamante fichaje de la Roma. Parecía el guion perfecto e incluso lógico, aunque todo se torció en el tramo final del primer acto, cuando Katerina Svitkova estableció la igualada en una acción mal defendida por las campeonas del mundo. Era un toque de atención para la segunda mitad.
Y luego llegó la jugada que provocó el definitivo 2-1, en la cual Misa quedó muy señalada tras hacerse un lío morrocotudo con el esférico. Tuvo la oportunidad de redimirse en la pena máxima que ejecutó Eva Bartonova, cuyo disparo acabó en la red. Los ataques desesperados de la Roja, más anárquica de lo habitual, no incomodaron en demasía a un plantel que sigue aspirando a participar el próximo año en la Eurocopa.
"No es el resultado que queríamos y no es el partido que esperábamos. El equipo lo ha intentado desde el principio, aunque es cierto que no hemos estado cómodas pese a empezar ganando. Necesitamos ese apoyo (en Riazor). Las jugadoras descansarán y mañana trabajaremos lo que hoy no nos ha salido bien. Pensamos desde ya en Bélgica, que nos prepara para Japón. El (día) 25 lo tenemos ahí", analizó Tomé desde el propio césped de Chomutov.