Mamardashvili, el muro de Georgia, analizado al detalle por Ochotorena y Sempere
Con cinco paradas contra Turquía, 11 ante la República Checa y cinco frente a Portugal, la actuación de Giorgi Mamardashvili en la fase de grupos fue de primer orden, hasta el punto de ser incluido en el mejor once de la fase de grupos.
El Valencia CF, donde juega desde 2021, sólo desembolsó un millón de euros para ficharlo del Dinamo de Tiflis. Al comienzo de la Eurocopa, estaba valorado en 35 millones de euros. ¿Y ahora qué?
"Nos llamó la atención"
Mamardashvili ha dado un giro de 180 grados esta temporada, en gran parte por el contacto con José Manuel Ochotorena, ex guardameta blanquinegro (1988-1992) que se convirtió en entrenador de porteros, sobre todo al lado de Rafa Benítez, en el Liverpool (2004-2007) y en la selección (2004-2021).
Contactado por Flashscore, desgrana a la revelación de la Eurocopa: "Llegó al Valencia con 20 años e inicialmente el club quería que jugara con el filial. Sin embargo, hizo la pretemporada con el primer equipo. Jasper Cillessen y Jaume Domènech se lesionaron y Giorgi nos llamó la atención. Tras seis partidos, Cillessen regresó y no volvió a jugar durante cuatro meses. Pero poco después de mitad de curso, se consolidó como número uno".
No es fácil establecerse en un club acosado por dificultades financieras, un propietario mayoritario imposible de entender y una afición enrabiada. Sin embargo, el georgiano es un pilar del equipo y sus actuaciones le han convertido en uno de los mejores del campeonato español. "La progresión que hemos visto es impresionante, y no se remonta a la Eurocopa", resume para Flashscore José Manuel Sempere, que disputó 321 partidos entre 1980 y 1995 como portero del Valencia, incluido el partido de vuelta de la final de la Supercopa de Europa de 1980 contra el Nottingham Forest.
Pese a su físico (1,97 m), tenía mucho margen de mejora por delante en salidas aéreas, algo lógico cuando aún no había soplado las 22 velas. La campaña 2023/2024 fue la de la transformación: sereno, líder con su defensa, todavía capaz de realizar magníficas paradas en su línea y capaz de salir e imponerse en todos los terrenos. "Es humilde y tiene la cabeza fría", afirma Ochotorena. "Ha progresado en la comunicación con sus compañeros, aunque le digo que hable más porque a veces no se atreve lo suficiente, a pesar de su deseo de dominar siempre los momentos clave del partido", añade.
Y eso no sólo se traduce en números. Para Sempere, la suma de las intervenciones de Mamardashvili cuenta, pero no tanto como lo que ha transmitido a los Cruzados desde el inicio del torneo: "No se trata tanto del número de paradas como de la confianza que transmite a sus defensas y a todo su equipo. Sus compañeros saben que tiene esa seguridad, ese aplomo en todas las facetas del juego, ya sea un disparo o un centro".
"Contra Portugal, los delanteros estuvieron muy bien, pero eso también se debe a que detrás de ellos existe esa serenidad que les permite arriesgar, dejarse llevar, disfrutar como equipo y dar alegrías a los aficionados", prosigue Sempere. "Cuando tienes un portero así, estás más relajado mentalmente y puedes rendir mejor". Y agrega lo siguiente: "Con todos mis respetos por lo que han conseguido los georgianos, sobre todo porque es totalmente merecido, no creo que esta clasificación hubiera sido posible sin Mamardashvili. Lo digo como valencianista, pero también como antiguo portero profesional".
¿Hora de irse?
"A sus 23 años, está todavía en el inicio de su proceso de desarrollo, pero en dos temporadas completas en el Valencia ha adquirido estatus y respeto en España. Todavía puede crecer, porque siempre está trabajando para alcanzar el nivel que se exige a un portero moderno", dice Ochotorena. "Se ve en cada partido. No sabemos hasta dónde puede llegar porque tiene mucho potencial y ha mejorado enormemente en muchos aspectos, sobre todo en la última temporada", insiste.
Para Sempere, esto también es fruto del trabajo de Ochotorena, su compañero en la capital del Turia y al que no escatima elogios: "Conoce un vestuario, se ha convertido en un gran entrenador de porteros y sabe transmitir sus conocimientos, entre otras cosas porque ha vivido todos esos momentos. Cuando tiene a un jugador de apenas 20 años en sus manos, y le explica cómo van a trabajar, analizar y mejorar, y funciona; el jugador se cree el método, con los grandes resultados que vemos".
"Todavía tenemos que pulir a Giorgi", afirma Ochotorena. "Aún tiene mucho margen de mejora en su juego de pies, en el juego aéreo y en la línea, y en su capacidad para leer el juego de su equipo y el del rival. No es lo mismo jugar con una defensa alta que con una defensa cerrada. Tiene potencial para mejorar y su objetivo es continuar en la senda iniciada esta temporada", comenta también Juan Manuel.
Aunque está claro que es demasiado pronto para ver algún día su retrato adornando la fachada de Mestalla junto a las leyendas Ignacio Eizaguirre y Santiago Cañizares, el georgiano se ha ganado el respeto de sus compañeros y de su afición, un auténtico lujo teniendo en cuenta lo temperamental e inconstante que puede llegar a ser la afición valencianista. Eso sí, la llegada de Stole Dimitrievski invita a pensar que será traspasado.
Ochotorena hace referencia a lo que su alumno debe hacer ante España: "Intentar aguantar, superar las dificultades y darlo todo. La selección es favorita, pero en el fútbol es el campo el que habla. Estaré muy contento si Giorgi sigue en la misma línea que hasta ahora".
Lo mismo piensa Sempere, que quiere disfrutar primero de un buen partido, antes de pensar en el resultado: "Lo mío es el fútbol y quiero que España juegue bien. Si ganan, está bien, pero quiero ver buen fútbol. Así que si Georgia gana a España porque ha sido mejor y lo ha merecido, también me parece bien. Si es un partido en el que se mira más hacia atrás que hacia delante, no me interesa. El espectáculo no nos impide ser serios. Un título de campeón de Europa sin estilo va en el currículum de un jugador, pero no en el corazón de la gente".