Un golazo de Benjamin Pavard hace que una gris Francia se lleve los tres puntos de Irlanda
Tras la fácil victoria sobre Holanda, los Bleus viajaron a Irlanda con el único objetivo de ganar, para empezar de la mejor manera posible su campaña de clasificación. Didier Deschamps cambió su once inicial, pero sobre el papel, los subcampeones del mundo eran ampliamente favoritos.
El primer objetivo era abrir rápidamente el marcador para facilitar el partido. Los verdes, obviamente, no eran de esta opinión, e intentaron presionar desde el principio. Sin embargo, los azules no lograron hacer mella en su primera situación de peligro, cuando Kolo Muani rompió la defensa, se deshizo de Bazunu, pero no acertó a rematar. Comenzó entonces el asedio a la portería irlandesa.
El único problema era que el juego francés resultaba un tanto complaciente. No se aplicaban todos los pases y faltaba el movimiento necesario contra una defensa cerrada. Las situaciones de peligro se sucedían, pero sin éxito. Faltaba impacto, a pesar de un dominio evidente.
Después del festival del viernes, hay que reconocer que la primera parte fue decepcionante. Las piernas parecían pesadas y los irlandeses eran cada vez más atrevidos, multiplicando los saques de esquina, aunque sin resultado. Pero después de 45 minutos, parecía un partido trampa, porque a pesar de su dominio, los Bleus no conseguían tirar a puerta.
Pavard rompe el empate, Maignan salva el día
El rayo salió de donde menos se esperaba. Cuatro minutos después de la reanudación, Benjamin Pavard arañó un balón a 25 metros de la portería contraria y lo coló hasta el fondo de las mallas para quitar presión a los galos.
Lo peor había pasado, pero los irlandeses no se rindieron. Y a pesar de este destello de brillantez, los Bleus no fueron a menos. Didier Deschamps dio entrada entonces a Moussa Diaby, que dejó su impronta con un buen disparo. Pero el equilibrio seguía siendo frágil, y los irlandeses estuvieron a punto de empatar cuando Maignan tuvo que despejar un disparo de MacClean y el consiguiente saque de esquina.
El final del partido fue difícil, puesto que los verdes se lanzaron al ataque empujados por toda una nación. Los anfitriones intuyeron la posibilidad de un gol y Jules Koundé, bajo presión, estuvo a punto de batir a su propio portero. Pero fue Mike Maignan el héroe al final del partido, al sacar un cabezazo a la escuadra de Collins justo antes del tiempo añadido para evitar perder dos puntos que estaban ganados. Los Bleus ganaron 0-1 en tierras irlandesas y prolongaron su perfecto comienzo de temporada. Eso es todo lo que hay que recordar.