Éxtasis en Sevilla. Suso y Lamela eliminan a una gran Juventus en un partidazo épico (2-1)
No resulta cómodo para los equipos rivales visitar el Sánchez Pizjuán. El manicomio del Nervión lo llaman ya, por la locura que se vive allí en cada partido, especialmente cuando los visitantes hablan otro idioma. 42.000 benditos locos gritando y animando a su equipo intimidan a cualquiera, aunque sea una Vecchia Signora con mucha experiencia y un gran palmarés internacional. La Europa League es su territorio, el hábitat en el que se mueven como pez en el agua. Seis conquistas adornan su palmarés y la séptima podría llegar en el año que menos se la esperaba…
Con un escenario así, es imposible que el equipo de casa no saliera en volandas. Así lo hizo el Sevilla, con Bryan Gil regateando por la izquierda, Rakitic manejando en zona de tres cuartos y “Air” En Nesyri volando en cada balón aéreo. El gigante mosaico rojo de la grada vibraba con cada acción de los suyos.
La primera clara, a pesar del dominio del Sevilla, fue de la Juve. Gatti, el mismo que marcó en la ida, remató de cabeza a bocajarro y Bono respondió con un paradón. El susto recorrió como un escalofrío el corazón de los más de 40.000 sevillistas presentes. La respuesta fue otro cabezazo de Ocampos que iba directo a gol y sacó Szczęsny con una brutal parada sobre la línea.
El magnífico remate del argentino espoleó a los suyos. Poco después, Acuña lució su cañón y el polaco volvió a sacar una mano asombrosa. La Juve, lejos de asustarse, se fue arriba y Moise Kean se encontró con el palo derecho de la portería de Bono. La locura iba in crescendo.
El choque no daba tregua. Las dos siguientes fueron de Oliver Torres. El Sevilla dominaba y generaba más pero la Juve creaba peligro a la contra. En un balón dividido, Gudelj fue a por todas y Fagioli pagó su ímpetu. Se tuvo que retirar lesionado el italiano.
Rabiot marcó a pase de Locatelli en el 41 pero, por suerte para el Sevilla, se anuló por fuera de juego. Las ocasiones se sucedían sin descanso de uno a otro lado y el partido estaba abierto a cualquier cosa. Al filo del descanso, Cuadrado cometió una falta flagrante sobre Oliver Torres que pareció dentro del área. El VAR no opinó lo mismo. Les vino bien el receso a los dos para bajar las pulsaciones y recobrar el aliento tras un primer tiempo frenético.
La Juve salió con ganas en la reanudación pero Bryan Gil respondió rápido a las amenazas de los italianos. Rabiot y Bremer pudieron marcar después para los turineses. El choque era un intercambio de golpes continuo. Era el momento de sacar la artillería. Mendilibar recurrió a la zurda de seda de Suso y Allegri a la calidad en el remate de Vlahovic y Chiesa. El serbio demostró su olfato goleador al cazar un balón en el área nada más salir y definir de forma perfecta con la zurda ante la salida de Bono. La Juve golpeaba primero.
No tardó en reaccionar un Sevilla encendido. Suso sacó a pasear su látigo y su enorme calidad para marcar un golazo de bandera que devolvía las cosas a su sitio. Los dos recién salidos al campo cumplieron de sobra su misión.
Al gaditano le acompañaban las musas. Lo volvió a intentar y Szczesny tuvo que protagonizar otra intervención salvadora. El faro era Suso y sus compañeros se dieron cuenta enseguida. En Nesyri, con un cabezazo majestuoso, tuvo la victoria en su cabeza pero el polaco volvió a hacer un paradón. La Juve estaba contra las cuerdas. Así se llegó a la prórroga.
Un robo de Danilo a Badé acabó en pase a Chiesa y casi en gol. En la vorágine ofensiva de ambos equipos llegó una acción maravillosa de Bryan Gil desde la izquierda, puso un centro con música y Lamela, otro suplente con galones de titular, conectó un cabezazo memorable para batir al impresionante portero polaco. Parecía la estocada.
Las fuerzas ya flaqueaban y Navas no podía más. El público sabía que tenía que llevar en volandas a su equipo para resistir 15 minutos más. Para añadir más dramatismo a la situación, Acuña fue expulsado por doble amarilla. Un extra de sufrimiento. La fortaleza del Pizjuán resistió una vez más y Budapest espera.
Mendilibar va camino de merecer una estatua junto al estadio. Una sola derrota en once partidos y Manchester United y Juve, víctimas en su arrollador camino. Honores al veterano de la vieja guardia. Sólo Mourinho le separa de convertirse en un héroe hispalense.
Jugador Flashscore: Suso