Este lunes, a las 23:59, concluye el plazo para que el jugador francés ejerza su derecho de renovación hasta 2025, algo que no hará. También en ese momento, el PSG estará obligado a pagarle el 50% del bonus de fidelidad que le firmó cuando evitó su marcha al Real Madrid hace un año. Serán 40 millones. Resulta paradójico, en este curioso sainete, que la entidad parisina deba pagar un plus de fidelidad a un jugador que no quiere continuar y que está “toreando” a sus dirigentes y a su dueño.
A la vez, el PSG está dispuesto a ejecutar de inmediato la cláusula de salida de Ousmane Dembelé antes de la medianoche. Si lo hace hasta ese momento tendrá que pagar 50 millones de euros, de los cuales la mitad irán directamente al bolsillo del jugador. A partir de las 0.00, la salida del francés costará el doble. En el Barça asumen que ocurrirá este lunes.
La llegada de Dembelé, evidente sustituto de Mbappé, significa que el PSG no cuenta con Kylian para nada (ya le ha excluido de la gira de Japón) y que tendrá una temporada muy difícil si decide mantener su órdago, quedarse y esperar a 2024 para llegar gratis al Real Madrid.
Fayza Lamari, madre y representante, está analizando y estudiando, junto a su abogada, la opción de una salida al Madrid este verano repartiendo parte del dinero del traspaso, en torno a 200 millones, con el PSG . No es lo que ellos pretenden, porque perderían la suculenta prima de fichaje madridista del próximo verano, pero, según está la situación, parece lo más razonable. En 2024 hay Eurocopa y Juegos Olímpicos y Mbappé no puede permitirse el lujo de permanecer una temporada en la grada.
Por todo ello, en el Madrid, que está de observador en la pugna, agazapado, se han preparado para afrontar la mayor operación económica realizada en toda su historia. Las piezas encajan pero en un culebrón con tantas sorpresas cualquier cosa es posible. Ya nadie se fía.