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Adiós a la triple corona de una España humillada por Brasil (4-2)

Decepción enorme en las caras de Hermoso, Bonmatí y Paredes
Decepción enorme en las caras de Hermoso, Bonmatí y ParedesAFP
El sueño de la campeona del mundo y de la Liga de las Naciones de conseguir la triple corona con el oro olímpico se tornó en pesadilla. A la hora de la verdad, en la semifinal ante Brasil, dio su peor versión. Entre la mala suerte del autogol de Paredes en el inicio, el tanto de Portilho al filo del descanso, la puntilla a la contra de Adriana y las pésimas decisiones de Montse Tomé en el banquillo, la final ante Estados Unidos la jugará Brasil. Cuando la seleccionadora se acordó de Putellas, España redujo distancias por medio de Paralluelo, pero ya era tardísimo. Aunque aún dio tiempo a un cuarto tanto de las canarinhas, obra de Kerolin, y a un segundo de la delantera del Barça.

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No pudo comenzar peor la semifinal para la campeona del mundo. Un presagio de lo que estaba por llegar. En un despeje de Cata Coll, el balón, caprichoso como nunca, se topó con Irene Paredes para colarse en la portería. Golpe brutal ese 1-0 en el quinto minuto de partido, con celebración maleducada de Priscila, que no fue a peor de manera inmediata porque Portilho se hartó de balón en un disparo que bien pudo convertirse en el 2-0.

A La Roja, que compareció con Jenni Hermoso pero sin Alexia Putellas en el once (a saber por qué), le costó un cuarto de hora despertar. Pero no había fluidez y los contragolpes brasileños hacían mucho daño. Cata Coll y Olga Carmona desbarataron in extremis sendas claras ocasiones. A Lorena, la meta canarinha, con Paralluelo muy vigilada, sólo la inquietó un disparo de volea desde la frontal de Hermoso. Muy poco.

El golpe definitivo

Y aunque las de Montse Tomé siguieron intentándolo, fueron de nuevo las sudamericanas las que marcaron cuando el descanso llamaba a la puerta. Portilho aprovechó la enésima descoordinación defensiva adelantándose a Olga Carmona para anotar, ahora sí, y tras un centro lateral, el 2-0.

La reacción desde el banquillo a la vuelta al césped fue la de meter a Athenea del Castillo y a Oihane por Eva Navarro y Carmona. El problema fue que en defensa seguían concediendo demasiado, con errores infantiles. El pato lo pagó la capi, Paredes, para dejar sitio a Aleixandri. Pero las oportunidades para el tercero de la verdeamarelha seguían sucediéndose. 

¿Y Alexia Putellas? 

La Roja no encontraba el camino. Aitana estaba perdida. Y uno se preguntaba por qué Putellas no estaba ya sobre el campo. Para colmo de males, cada vez que España mostraba un poco de ritmo, las brasileñas se tiraban al suelo de manera descarada, como ya hicieron en la fase de grupos. 'Resucitadas' una vez cumplida su labor de perder tiempo, volvían a jugar como si nada con la permisividad arbitral. 

Además, por cada huy de las ibéricas, como otra parada de Lorena a tiro de Hermoso, se sucedían contras mortales que se tradujeron en un 3-0 firmado por Adriana. 

Fue entonces, con todo perdido y a 15 minutos del final, cuando la seleccionadora española se acordó de Putellas. Incomprensible lo de Montse Tomé. Y más aún cuando la entrada de la estrella del Barça cambió la cara del equipo. Tanto como que en el 84' redujo distancias Salma Paralluelo. Y en el 85, la propia Alexia Putellas estrelló un disparo en el larguero. 

Ya era tarde, claro, para la remontada. Y más que lo fue cuando en otro error garrafal en la zaga llegó el 4-1. El consuelo es que no bajaron los brazos y Paralluelo marcó el definitivo 4-2. Ahora, a recuperarse para ganar el bronce ante Alemania.