Francisco Javier García Pimienta prometió en rueda de prensa que la Unión Deportiva Las Palmas iba a jugar como siempre, es decir, con el ánimo de abrazar la posesión y dispuesto a defender muy lejos de su área. Dicho y hecho. Sin trampa ni cartón. El Real Madrid se encontró precisamente eso, a un equipo valiente y con personalidad que aplicó el mismo estilo que frente a un conjunto de LaLiga Hypermotion o incluso alguna categoría inferior.
El partido empezó tres minutos más tarde de lo previsto y después de recordar a los aficionados del Sevilla que murieron en el desplazamiento a la capital para ver el duelo en el Cívitas Metropolitano. La estampa que presentaba el Estadio de Gran Canaria era digna de instantánea, con un espectacular manto amarillo en prácticamente toda la grada. La entidad insular se encargó de repartir camisetas para garantizar la homogeneidad cromática.
Más tensión que goles
Tras el pitido de César Soto Grado, susto en la portería de Andriy Lunin. El error de Dani Carvajal en el despeje permitió que Alberto Moleiro pudiera rematar, un ataque frenado por la cabeza de Antonio Rüdiger. Sin apenas tiempo para pestañear, el conjunto dirigido por Carlo Ancelotti llevó el cuero hasta la zona defendida por Álvaro Valles, que se tiró al césped cuando recibió un manotazo de Rodrygo Goes en la testa. Amarilla para el brasileño. Y todavía era el minuto cinco.
El Madrid empezó a ganar terreno, aunque lejos del dominio que podían prever algunos. Encontrar al desaparecido Brahim Díaz, con menos espacios de lo habitual, fue una misión imposible; Vinicius Júnior, bastante activo, se convirtió en la principal referencia ofensiva. Intentó la vaselina frente al portero sevillano y se movió por todas las zonas para asociarse con el resto de compañeros. Pero era urgente que apareciera un socio para el ex del Flamengo.
Faltaba ritmo y se echaban de menos las ocasiones. Además de esa acción inicial, los locales encontraron cierta vulnerabiidad en el flanco derecho (el izquierdo para ellos). Sergi Cardona, quien reclamó penalti en una jugada con Dani Ceballos, probó fortuna durante el primer acto con un remate desviado. El defensor catalán, consciente de que podía disfrutar de una autopista en esa banda, se vistió de extremo cada vez que pudo.
Declaración de intenciones
Justo tras el descanso, Las Palmas atacó de nuevo esa misma zona y envió un claro aviso a su rival. Pase en profundidad, centro preciso y casi remate de Sandro Ramírez. Su misión era golpear el esférico, pero el ex del Málaga estuvo impreciso y se vio obligado a recular. Y ahí apareció Munir El Haddadi, ese ariete que España se apresuró a amarrar y ahora ve la Copa Africana de Naciones desde el sofá de casa, para provocar la estirada del cancerbero ucraniano.
La amenaza se convirtió en realidad allá por el 53', a raíz de una disputa ganado por el '9' local en su propio campo. Tras echar a correr, el canterano culé recibió al espacio tras un envío magistral de Kirian Rodríguez y asistió a Javi Muñoz, que levantó a los aficionados con una efectiva definición sin control mediante. Ya con desventaja en el luminoso, Carlo Ancelotti optó por dar entrada a Joselu Mato -goleador en la ida- y a Fede Valverde.
Nueva remontada bajo el sol
Como si hubiera sonado el despertador después de ese varapalo, los vigentes campeones de la Copa del Rey metieron al menos un par de marchas más y tardaron muy poco tiempo en hundir al cuadro anfitrión. Carvajal marcó en posición antirreglamentaria tras un centro sublime de Vinicius y este último desperdició un claro mano a mano. Su nuevo intento por superar a Valles vía aérea fue la peor de las opciones.
Y las embestidas se acabaron traduciendo en el empate, obra del propio Vini, consciente de que necesitaba tirar de pragmatismo para devolver la igualdad. Camavinga sacó la lámpara, como el Genio de Aladdin, y la frotó en el balcón del área hasta dar con su compañero, que remató con potencia y al segundo palo para establecer el 1-1. Arrancaba entonces un nuevo encuentro... y todavía restaba mucho tiempo.
Como ya sucediera frente al Alavés o el Mallorca, un nuevo saque de esquina dio la victoria al Real (décima remontada en esta temporada). Da igual si ejecuta Luka Modric o lo hace Toni Kroos, son jugadas de puro vértigo. Esta vez le tocó al germano, cuyo caramelito aprovechó el recién ingresado Aurélien Tchoauméni. El inapelable testarazo del galo en el 83' provoca un nuevo cambio en el liderato... al menos hasta que compita el Girona.
Jugador Flashscore del partido: Vinicius Júnior.
Las estadísticas del choque están disponibles en Flashscore.