La sensación que había en el seno del Atlético de Madrid cuando Joao Félix se marchó cedido al Barcelona fue de alivio por haber podido solucionar, aunque provisionalmente, un problema de grandes dimensiones. La relación con Diego Pablo Simeone es nula y en su recorrido como rojiblanco no ha logrado la regularidad necesaria para hacerse con un hueco en el once titular. Hasta la fecha, 34 goles y 16 asistencias.
En el acuerdo alcanzado con el Barça, como ocurrió con el Chelsea meses atrás, se dejaba clara una cuestión: el pacto terminaba el 30 de junio (de 2024 en el más reciente) y no había opción de compra. Así, el luso iba a tener que volver a la capital allá por el mes de julio... salvo que volvieran a entenderse o encontrara un nuevo destino antes de que terminaran sus vacaciones tras la Eurocopa, en la cual no dejó huella.
Resulta difícil pensar que pueda haber una reconciliación con Simeone, aunque lo cierto es que Joao renovó hasta 2029 en una de esas habituales maniobras de ingeniería económica. En otros casos podría incluso garantizar la continuidad del futbolista a largo plazo, una situación que nada tiene que ver respecto a la del Menino, quien este viernes ha trabajado en solitario a la espera de resolver su incierto futuro.
Mientras sigue desarrollándose el mercado de fichajes, los rojiblancos van preparando el inicio del curso a través de una serie de amistosos (contra Numancia, Getafe, Kitchee y Juventus). Y ni mucho menos se puede descartar aún que el ex del Benfica, goleador ante el Atleti en la ida y en la vuelta del curso anterior, tenga participación. Para más inri, el ataque sigue huérfano tras las salidas de Álvaro Morata y Memphis Depay.