Porque Messi, el 10 del Barça y de Argentina, se encontró con Ronaldinho cuando se ganó el sitio con los mayores. Y el brasileño era el dueño de ese dorsal tan emblemático. Así que durante tres años portó el dorsal 19, que sumando 1+9 dan... pues eso.
En el Barcelona, tras el adiós del crack argentino, se le dio el emblemático número 10 a un chaval que acababa de irrumpir en el fútbol español y al que enseguida se le comparó con Messi. Ese no era otro que Ansu Fati, al que la camiseta, entre exceso de responsabilidad y sus continuas lesiones, le pesó como si llevara 100 kilos en cada manga.
El curso pasado, tras la cesión de Fati al Brighton, nadie quiso el 10. Ahora que ha vuelto el extremo, si bien se desconoce si entrará en los planes de Flick, ese dorsal debería ser suyo. Además, en el club parecen haber aprendido de los errores. De ahí que no hayan querido forzar la situación con el fenómeno Lamine Yamal.
Si todo va como se espera con el internacional español, ya llegará su momento. Mientras, vestirá el 19, el que deja Vitor Roque, que llevará otro si es que se queda en el equipo. Y el que llevaron otras grandes estrellas como Kluivert o Kun Agüero.
No han querido dejar pasar más tiempo en el Barcelona para sacar el máximo rédito posible a la Yamalmanía. El verano, con los miles de turistas que pasan por la Ciudad Condal, es una buena época para vender camisetas. Y la de Lamine Yamal ya se puede adquirir.