El gusanillo del fútbol, sin embargo, no se le ha pasado y ahora ejerce como segundo entrenador del Ugeraga de Sopela, que dirige otro exfutbolista como Javi González en Preferente.
¿Cómo le va, Mikel?
Pues hace un par de meses decidí dejar el fútbol y tenía ganas de empezar a formarme como entrenador, tengo el primer título, voy a seguir sacándome el segundo y el tercero. Y mientras, pensé que no había mejor manera de empezar a ver si me gustaba de verdad esto de entrenar con un amigo.
La retirada es reciente y el verano ha tenido que ser muy diferente a lo que estaba acostumbrado.
Prácticamente desde los 13 años no tenía tres meses de vacaciones o dos y medio y lo he disfrutado muchísimo. La decisión de dejar definitivamente el fútbol era un poco por eso también, para tener más tiempo para mi familia, para ya estabilizarnos en Bilbao y la verdad es que lo he disfrutado mucho.
¿Pero es una retirada definitiva o lo mismo hay alguna puerta abierta para volver a jugar?
No, no, no, no, retirado, retirado. Pensé muchísimo la decisión, no la tomé en frío y creo que es lo mejor para mí de aquí en adelante. Ahora a otra cosa y a disfrutar de cosas nuevas.
Se lo digo porque se me ha venido a la cabeza Diego Rivas, el entrenador del porteros del Arenteiro el año pasado, que jugó un partido precisamente en Riazor, donde estaba, cuando ya se había retirado y volvió.
Sí, sí, sí, ya me acuerdo. Y de hecho en el partido dio un nivel altísimo. Me parece que él se ha ido a entrenar a Portugal, he leído que teniendo un año de contrato.
¿Cansa tanto el fútbol profesional?
A mí el fútbol me encanta, siempre me ha apasionado, soy un loco de entrenar todos los días, del día a día en un vestuario, pero bueno, llegó un momento en el que mi cuerpo decidió y me mandaba señales de que era el momento de la retirada, de dejar primero el fútbol profesional por la exigencia que tiene. Los años también pues iban para arriba, ya eran 36 y cada vez costaba más el estar al 100% el fin de semana. Yo creo que cada uno sabe cuándo es su momento, es verdad que el año pasado pude dar buen nivel en el Depor, jugué muchísimos partidos, no tuve problemas físicos, pero como te digo, cada uno sabe cuál es su momento y creo que el mío ha llegado. Siempre he tenido en la cabeza retirarme siendo útil en el vestuario, pero sobre todo en el campo y, físicamente, siempre he tenido ese miedo de pasar mis últimos años con algunas molestias, lesiones, cosa que nunca me ha pasado. Creo que era lo mejor.
¿Cómo ha sido esa guinda del pastel en Coruña ascendiendo a Segunda división en una plaza que no es una plaza cualquiera ni mucho menos?
Pues sinceramente fue algo que para dejar una carrera es como un broche al final. Fue un año al principio duro, difícil, porque teniendo el equipo que teníamos no salían las cosas, pero seguimos confiando en nosotros mismos, sabíamos del potencial de la plantilla y, poco a poco, a partir de enero cogimos el rumbo y la verdad que en la segunda vuelta estuvimos fantásticos y pudimos ascender. Creo que la ciudad de Coruña y toda la provincia necesitaba ese ascenso y la verdad que fue una locura el poder ascender con el Deportivo y poder celebrarlo con toda la ciudad.
Usted es de Zumarraga, pero hay que decir que además de esa guinda del pastel con el ascenso en su carrera profesional, también se alegró del título de Copa del Athletic en Sevilla.
Sí, sí. Para mí deportivamente el año pasado ha sido el mejor año de mi carrera, primero por ese ascenso con el Deportivo y segundo por haber ganado esa Copa del Rey como aficionado del Athletic.
Mikel, ha tenido vacaciones, habla del descanso... ¿qué le parece que las competiciones comiencen tan pronto, cómo le afecta a un futbolista? Es que llevamos ya cuatro jornadas y ya ha habido un parón internacional.
Yo creo que va a haber un momento que esto del calendario va a explotar porque al final el jugador está cada vez más expuesto a lesiones, incluso estamos viendo lesiones graves de jugadores que tienen poco descanso, que al final hay muchos jugadores internacionales también que en verano no descansan. El calendario cada vez es más complejo, cada vez hay más partidos, menos días de descanso entre partidos y creo que va a llegar un momento en el que los profesionales no van a poder con el ritmo porque el cuerpo al final tiene unos límites y estamos viendo que muchas veces nos están superando.
¿Y qué ha podido ver de fútbol en estas cuatro jornadas, ha visto al Athletic, el debut del Deportivo en Segunda, el Valladolid en Primera, que también jugó allí?
He podido ir a San Mamés. El año pasado solo pude ir un partido a ver al Atlético, pero bueno, este año ya he podido ir en el estreno en Liga y bueno, al Deportivo también lo he visto por la tele y tengo una visita pendiente ahora en octubre. Yo creo que hasta ahora no lo he echado mucho de menos, porque al final estás de vacaciones, es agosto, pero vamos, estoy segurísimo de que a partir de septiembre lo voy a echar mucho de menos, porque bueno, me encanta el fútbol, soy un apasionado de entrenar en un vestuario y soy consciente de que me va a costar adaptarme a esta nueva vida.
Ahora que he citado al Real Valladolid, me gustó mucho lo que dijo sobre un entrenador que tuvo allí, que es, si no me equivoco, Miroslav Djukic. Usted dijo que gran parte de la culpa de que defendiera bien la tiene precisamente él.
Sí, así es. Bueno, cuando fui cedido al Valladolid yo todavía era un lateral un poco indefinido, tenía mucho recorrido pero no defendía bien, era joven y me acuerdo que cuando llegué allí, creo que estuve un par de jornadas sin jugar, las primeras dos, y ya en cuanto me puse titular jugué un par de partidos, me cogió y me dijo, vale, tú tienes estas cualidades, si quieres vivir del fútbol te recomiendo que hagas esto, esto y esto y lo primero es defender y después en cuanto puedas ya irás al ataque, pero lo primero es defender. La verdad que me dio muchas herramientas para defender y bueno, pues supe ver que mi futuro pasaba por defender bien y cuando pudiera pues asomarme al ataque, pero no al revés como lo estaba haciendo hasta ese momento.
Y ahora se ves aconsejando a futbolistas, Mikel, de entrenador. Me imagino que tiene idea de ir un poco más arriba profesionalmente.
Sí, lo que quiero es probar, saber lo que es manejar un vestuario, un equipo y si me gusta, pues seguir adelante, pero ahora lo que tengo claro es que me tengo que formar porque ser entrenador siempre me ha parecido complicadísimo, pero en estos últimos años de fútbol lo he vivido de más cerca, quizás la experiencia te hace ver cosas que antes no veías y ser futbolista no es fácil, pero para mí ser entrenador es mucho más complicado.
Ya para para terminar, ¿son tan buenos como dicen Yeremai y Mella y en el Deportivo de La Coruña?
La verdad que a mí me sorprendieron muchísimo porque ya había escuchado que Jeremai tenía muchísimo potencial, le costó por esa lesión del peroné que tuvo, pero en cuanto empezó a carburar pues no paró, tiene muchísimo talento, es un jugador que además ha madurado muchísimo en estos últimos años. Y Mella, más de lo mismo, es un jugador que físicamente marca mucho las diferencias, me acuerdo que en alta intensidad era un jugador que hacía unos datos que no estaban al alcance de ninguno del equipo y además son chavales a los que les gusta escuchar a gente que lleva más tiempo en el fútbol. Creo que Lucas (Pérez) fue muy importante en el transcurso de la temporada pasada para ellos dos y espero que sigan así, talento tienen de sobra y creo que con la actitud que tienen van a ser muy muy importantes para el Deportivo.