Los goles de Sorloth y Griezmann dejan sin efecto el pepinazo de Neyou (3-1)
Hace ya más de una década, Vetusta Morla entonó aquello de 'Los días raros'. Y el de este domingo 20 de octubre no se quedaba atrás para el aficionado del Atlético, más si cabe para el socio que tiene un lugar reservado en el fondo desde el cual partieron los objetos hacia Thibaut Courtois en el derbi frente al Real Madrid. El cierre parcial de la zona, una sanción finalmente rebajada, provocó que la estampa fuera extraña y atípica. Unos 5.000 aficionados menos se dieron cita en el estadio.
Era de esperar que los colchoneros tuvieran la iniciativa: la diferencia de presupuesto entre ambas entidades es abismal y actuaban como locales, aunque llamar casa al Riyadh Air Metropolitano se hace raro. Y eso que el fútbol moderno consiguió, por momentos, que muchos se refirieran -e incluso lo siguen haciendo- al recinto como 'Wanda' (anterior patrocinador). Si Vicente Calderón o Luis Aragonés levantaran la cabeza, probablemente volverían a sus respectivas tumbas.
De figurante a actor principal
Como si en el lado izquierdo de una balanza hubiera un ladrillo y en el derecho se colocara una moneda, el tercer clasificado de LaLiga EA Sports buscó de forma insistente a Rodrigo Riquelme en los compases iniciales. Sin embargo, el ex de Mirandés y Girona tuvo poco que ver en la ocasión que culminó Alexander Sorloth a los 10 minutos, incapaz de rematar con fuerza tras un inesperado error de la zaga visitante.
Un robo en campo rival a la media hora dio origen a la jugada que inauguró el apartado de tarjetas amarillas, a Clément Lenget por una dura falta sobre Dani Raba, quien lideró el ataque de los suyos durante el primer tiempo. Y prácticamente en la jugada posterior, tras una inmaculada combinación, el ex del Villarreal encontró a Yvan Neyou en una situación aventajada que el cameruano hizo mejor a través de un espectacular zapatazo ante el cual nada pudo hacer Jan Oblak.
El diablo viste de Ángel
Los colchoneros estaban obligados a mejorar en la segunda mitad, ya que estaban ofreciendo una versión muy pobre en labores ofensivas. Alguna jugada puntual de Riquelme por su banda y poco más, un rendimiento insuficiente incluso para empatar. La afición, como es habitual, no dudó en evidenciar su enfado con pitos cuando los futbolistas encararon el túnel de vestuarios. El técnico, sin tiempo que perder, quitó a Molina y dio entrada a Lino al descanso.
No se encerraron los de Borja Jiménez, dispuestos a correr siempre que fuera posible, aunque también es cierto que los anfitriones subieron un par de marchas. La intensidad y el ritmo aumentaron, lo cual dio pie a varias llegadas en un reducido lapso. Ángel Correa, de hecho, falló una oportunidad manifiesta de gol tras un mal control; Antoine Griezmann robó y se la sirvió con un lacito al argentino, luego reemplazado.
Una bomba de oxígeno
Julián Álvarez, Rodrigo de Paul y Giuliano Simeone se incorporaron al verde cuando se aproximaba la hora de juego. Un trío con tintes albicelestes para salvar los muebles. El hijo de Diego Pablo, ubicado en el carril derecho, se estrenó con una precisa asistencia a Samuel Lino, dolorido al estrellarse con el poste. Luego, el único amonestado del partido hasta entonces dejó su lugar a José María Giménez a raíz de un desafortunado golpe que le mandó directamente a las duchas.
Witsel, protagonista involuntario en esa jugada con el francés, se infiltró en el área rival y se la cedió a Sorloth para que el noruego batiera de tacón, con clase, a Dmitrovic (69'). En busca de la remontada, De Paul y Julián amenazaron con anotar el segundo, que llegó gracias a la resiliencia de otro de los revulsivos, Simeone, fundamental en el tanto del raudo e inteligente Griezmann como autor de un gran pase al palo corto (81'). En el añadido, el nórdico certificó su particular doblete.
Jugador Flashscore del partido: Antoine Griezmann.