Saúl se gana el perdón con el gol que devuelve al Atlético a la zona Champions (1-2)
Hace no demasiado tiempo, el otrora emblema del proyecto colchonero salía por las redes sociales a pedir perdón a sus aficionados por su bajo nivel. Es cierto que hace años que Saúl Ñíguez no es el mismo que un día fue. Pero el fútbol, como muchas otras cosas en la vida, te da siempre segundas oportunidades. Incluso terceras. Y el ilicitano está a tiempo de reverdecer viejos laureles.
Fue él quien puso colofón a un partido vistoso. Se agracece cuando dos equipos juegan a ganar, sin especular, cada uno con su estilo. Es lo que vimos en La Cerámica, donde fue el Atleti el que golpeó primero... y también el último.
Un giro de cuello de 180 grados
Después de que Griezmann dibujase un pase magistral que Lino estrelló en el cuerpo de Jorgensen, Witsel se encargó de abrir el marcador a la salida de un córner con un testarazo y un giro de cuello que a cualquier mortal le produciría una tortícolis.
Un tanto que bien pudo ser acompañado de un segundo si el meta local, otra vez, no hubiera intervenido con acierto en un disparo de Memphis o en una volea de Llorente que sacó de manera prodigiosa. Qué buen portero ha encontrado el Villarreal.
Fueron los mejores momentos de los colchoneros, obligados luego a recular conforme el submarino emergía de su guarida para asomarse a los dominios de Oblak.
Giménez y Sorloth, especialistas en lo suyo
Por allí se encontraron con un monumental Giménez, señor de los aires, que rechazó todos los centros y balones. Y los que no, ya se encargaron los delanteros groguets de no rematarlos o hacerlo de mala manera. Como cuando nadie metió el pie en el área pequeña a centro de Mandi. O cuando Gerard Moreno cazó un balón suelto que envió a las nubes. Es lo que tiene golpear con la diestra cuando eres zurdo.
Con varias contras de un Atlético que mordía al espacio y un Villarreal dominador pero falto de eficacia, se llegó al descanso. Tras la reanudación, los de Marcelino no tardaron en conseguir el premio a su empuje cuando Sorloth encontró el hueco para firmar el 1-1 con un disparo raso y colocado.
Saúl, clave
Sufrían los del Cholo, incapaces de recuperar la bola ni generar peligro. Urgían cambios y llegaron tres de golpe. La entrada de Correa y de Morata, que peinó un balón al larguero, mejoró las prestaciones ofensivas. Pero fue la incorporación de Saúl la decisiva. Un zurdazo raso, colocado, ajustado al palo, se transformó en el 1-2 que dio la victoria a un Atleti que vuelve a la zona Champions, cortando además la racha de cuatro victorias seguidas de sus rivales.
Jugador Flashscore del partido: Saúl (Atlético de Madrid).