Valverde y Joselu neutralizan la magia de un Kubo apoteósico en el Bernabéu (2-1)
Real Madrid y Real Sociedad brindaron un espectáculo soberbio en la primera mitad. Ambos ofrecieron un duelo trepidante de ida y vuelta, con ocasiones continuas, en el que Take Kubo se puso la capa de superhéroe para demostrar que el Real Madrid se equivocó dejándolo marchar por 6 millones de euros en el verano de 2022. Se guardó el 50% de sus derechos pero no tiene opción de recompra.
El japonés volvió loca a la defensa del Madrid del primer al último minuto con pases, remates, desbordes, regates y golpeos de balón impresionantes. Está de dulce el japonés. Con él pisando el acelerador y Remiro el freno atrás, la Real confirmó su condición de visitante incómodo. Había puntuado en 4 de sus últimas 6 visitas al Bernabéu.
En el minuto 4, Kubo encontró un agujero negro en el centro de la defensa del Madrid y puso un centro excepcional a Barrene. El canterano remató dos veces. La primera la paró Kepa pero la segunda acabó en el fondo de la red.
Pocos minutos después, el japonés, con una superioridad técnica majestuosa, marcó un gol de bandera, entrando de fuera hacia dentro con recortes y soltando un latigazo que Kepa no pudo parar. El gola zo fue anulado por fuera de juego posicional de Oyarzábal, que parece incluso tocar el balón.
El recital txuri urdin continuó con un golpeo magnífico de Brais Méndez que pasó muy cerca del palo derecho de Kepa. El Madrid era un manojo de nervios en defensa y la Real manejaba el partido a su antojo. Carvajal, en gran momento de forma, acudió al rescate de su equipo. Una jugada suya acabó en pase de gol a su cuñado, pero Joselu la envió al larguero. El rechace posterior no lo pudo rematar bien Rodrygo.
Remiro detenía todas las embestidas de los locales, que tuvieron una fase de furia. Superado el asedio, Kubo volvió a sacar la magia de su zurda. Un centro suyo a Mikel Merino acabó en remate de cabeza imponente. Kepa evitó el segundo con un paradón. Florentino Pérez, en el palco, se frotaba los ojos ante la exhibición de un jugador que era del Madrid hasta hace 14 meses y que se vendió por seis millones.
El segundo acto de la película arrancó con un protagonista que llevaba tiempo sin serlo. Tras un pase de Fran García, Fede Valverde lanzó uno de esos misiles tierra-aire que tanto le han hecho crecer como jugador para batir a un Remiro inmenso. El Madrid respiraba y cogía aliento para seguir insistiendo en su objetivo.
El segundo también llegó por la banda izquierda. Un centro de Fran García acabó en la cabeza de Joselu. El gallego no perdonó. En la banda ya estaba previsto el cambio. Fue su último gran servicio a la causa.
El Kubo apoteósico de la primera mitad no apareció en la segunda. Para ponerle la guinda a la remontada faltaba el habitual gol de Bellingham. Lo intentó el inglés pero lo evitó Remiro con una parada colosal.
Con casta, coraje y un par de fogonazos, el Madrid logró sofocar una nueva rebelión de la Real Sociedad, un equipo con personalidad, que quiere llegar al resultado a través de la iniciativa y el buen juego. Sea quien sea el rival.
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