Andrey Lunin, oportunidad de oro ante un Girona muy ofensivo
Tener delante un ogro como el belga Courtois, posiblemente el mejor portero del mundo, empezó siendo un aliciente para Lunin y terminó convirtiéndose en un calvario. Sentar en el banquillo a un guardameta en su estado de forma es casi un pecado y Lunin así lo ha entendido durante todo este tiempo en el que ha tenido que conformarse con admirar asombrado desde el lado de los suplentes las continuas paradas milagrosas de su compañero.
Lunin fue fichado en verano de 2018. El Real Madrid pagó al Zorya Luhansk ucraniano 12 millones de euros por un portero que tenía una proyección brillante. De hecho, en 2019 se coronó campeón del Mundial sub 20 en Polonia y recibió el Guante de Oro. Su selección, Ucrania, ganó en la final 3-1 a Corea del Sur, donde destacaba Kang In Lee, el jugador del Real Mallorca que le marcó un gol de penalti en aquel encuentro.
Tres cesiones y mucho banquillo
Desde su llegada y ante el muro infranqueable que tenía enfrente, Lunin vivió cesiones a Leganés, Valladolid y Oviedo para seguir su formación y adaptarse al fútbol español. Regresó a Madrid pero en las últimas 3 temporadas sólo ha sido titular en 16 ocasiones, un bagaje demasiado pobre para un joven que aún tiene mucha carrera por delante. Por ese motivo, aunque todavía le queda una temporada de contrato, está sobre la mesa la opción de salir si surge un destino apetecible, lo cual es de esperar que suceda.
En Montilivi tendrá un duro examen ya que el Girona es el cuarto equipo más goleador de LaLiga por detrás de Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, que sólo ha anotado 3 goles más que el equipo catalán (47 por 44). Amenazando su portería estará su compatriota Viktor Tsygankov (25), uno de los mejores fichajes de invierno de todo el campeonato. Llegó procedente del Dinamo de Kiev a cambio de 5 millones y se ha hecho un lugar como indiscutible en el once de Míchel.
El objetivo del Real Madrid en LaLiga está en mantener la segunda plaza (el Atleti está a 5 puntos). No hay mayores ambiciones a estas alturas pero para Lunin será como la final de un Mundial. Ocasiones así no suelen presentarse y él quiere aprovecharla.