Rodrigo Hernández, el despegue definitivo de un crack mundial
La temporada de Rodri (26) ha sido deslumbrante. En 57 goles ha marcado 4 goles y ha repartido 7 asistencias, cifras nada despreciables en un futbolista que juega de mediocentro y debe mantener la posición en todo momento. Sin embargo, más allá de los números, su sensación de dominio del juego ha sido asombrosa.
Su final de temporada ha estado rodeado de esplendor: logró el MVP y el gol decisivo en la final de la Champions en Estambul y conquistó el mismo galardón en los dos partidos de la Nations League con España. Ya lo dijo Guardiola tras la final frente al Inter: “Sin él no habríamos llegado hasta aquí”.
La estructura del City sería difícil de mantener sin Rodri, el sostén de todo, y en la selección española su rol ha crecido de forma exponencial y es el líder del equipo campeón de la Liga de las Naciones. Su crecimiento ha sido brutal. Se ha consolidado como un futbolista descomunal en su posición y puede ser considerado, perfectamente, el mejor del mundo en esa demarcación.
El niño que empezó a jugar en el colegio Kolbe, de Villanueva de la Cañada (al oeste de Madrid), el que se fue a jugar al Rayo Majadahonda (donde coincidió con Lucas y Theo Hernández), el que dejó la cantera del Atlético para irse al Villarreal, el que admiraba a Zidane, el joven responsable que decidió estudiar ADE (Administración y Dirección de Empresas) para aspirar a un buen trabajo en el futuro,….Ese niño ya se ha convertido en un referente para muchos miles de chicos que tienen el mismo sueño y las mismas aspiraciones que tenía Rodri.
El informe que existía de él cuando jugaba en la cantera del Atleti con 10 años ya avisaba del proyecto de crack en ciernes que se estaba fraguando: “Mediocentro diestro, con muy buen criterio de juego, hace gala de buena colocación, siempre bien situado defensivamente para robar el balón, lee con facilidad las líneas de pase del equipo contrario. Bien en la distribución, siempre elige la mejor opción de juego, maneja el equipo en ataque y en defensa, es capaz de liderar el grupo con facilidad, completo, competitivo y con carácter”.
Así jugaba cuando medía 1,55m. Ahora, con 1,90m y una jerarquía absoluta en el campo, el pequeño Rodri ya se ha convertido en Rodrigo, un profesional impecable llamado a liderar al City y a la selección española durante los próximos años. Este año su figura ha sido imprescindible para lograr el triplete en Inglaterra con su equipo y un trofeo internacional para España, algo que no se conseguía desde 2012. Por algo gran parte de la afición española congregada en el WiZink Center pedía el Balón de Oro para él en la celebración de un título en cuya conquista el chico de Villanueva de la Cañada ha sido pieza clave.