Pau López, la temporada para salir por fin de la sombra de Steve Mandanda
Aunque hayas trabajado a su lado durante una temporada, sustituir a un monumento no es fácil. De hecho, es un cáliz bastante envenenado. Pau López no tenía elección. Llegado alOlympique de Marsella en 2021 para competir con Steve Mandanda, el español ha ido superando poco a poco al campeón del mundo, que ha recuperado una forma excelente pero envejecida. Pablo Longoria no es un sentimental como su predecesor Jacques-Henri Eyraud. "El Fenomeno" fue exfiltrado al Rennes en el verano de 2022 para entronizar definitivamente a López. Fue una decisión que aún escuece a Mandanda y a muchos aficionados del OM. El guardameta, que llegó procedente del Le Havre en 2005, ha atravesado momentos difíciles, pero su condición de jugador con más internacionalidades en la historia del club le distingue.
Una sucesión compleja
En una entrevista concedida a La Provence antes del parón mundialista de noviembre de 2022, el catalán declaró: "Sabía que Steve era una leyenda aquí. Es lógico porque los aficionados le conocen desde hace años. No me lo tomé como algo personal porque habría sido lo mismo con otro portero. Hice mi trabajo, en los entrenamientos y en los partidos. Fue fácil porque Steve me ayudó mucho. Pero creo que esa sensación se notaba fuera del club, no dentro. Y una vez más, eso es normal. Pasó quince años aquí. En un club como el OM, con la presión que hay en Marsella, eso es extraordinario. No creo que ningún portero pudiera hacer lo que él hizo. Es imposible.
Pau López tenía, pues, una doble obligación de rendimiento, ya que la nostalgia es un enemigo poderoso contra el que es imposible luchar. En 2021-2022, en competencia directa con Mandanda, jugó 29 partidos de L1, dejando Europa para su compañero. Su balance es de 31 goles encajados y 10 porterías a cero. Segundo en la tabla, el OM tiene la tercera mejor defensa de la liga (38 goles), a sólo dos goles de PSG y Niza (36).
En su segunda temporada, con Rubén Blanco como suplente, sus estadísticas fueron casi idénticas: 34 goles encajados en 33 partidos, 10 porterías a cero y sigue ostentando el título de 3ª mejor defensa de la Ligue 1, muy por detrás de Lens (29) y Niza (37), pero empatado con el PSG (40). Pese a retrasar su titularidad por lesión en un amistoso contra el Betis, reapareció en la 3ª jornada. Yo también me encuentro mejor que la temporada pasada", declaró al día siguiente de la victoria agónica en Mónaco, antes de que empezara la preparación para el Mundial. Estoy contento con lo que estoy haciendo, pero sé que puedo hacerlo aún mejor. Es importante tener esa mentalidad".
López, que en su carrera trabajó junto a Carlos Kameni enel Espanyol yHugo Lloris en el Tottenham, sabe que una temporada en el banquillo puede alargarse rápidamente, como le ocurrió en el Roma: "En el fútbol todo puede cambiar muy rápido. Hay que tener la cabeza fría. Me tomo cada partido como si fuera el último. Quiero aprovechar al máximo mis dos temporadas en Roma y jugar tantos partidos como sea posible. Allí había perdido esa sensación.
Un técnico en busca de continuidad
En su tercera temporada en el cargo, el internacional español (2 internacionalidades) descubre a su tercer entrenador. Sin embargo, mantiene su colaboración con Jon Pascua, al que conoce desde 2018 y sus años en el Betis: "Tengo muy buena relación con él. Tiene la capacidad de decirme las cosas. Nos decimos las cosas en positivo. Me puede decir que he hecho un partido de mierda y que tengo que mejorar. Me siento muy bien con él, me gusta cómo entrena y cómo me hace trabajar. Prueba de la estrecha relación entre ambos hombres, Pascua es prácticamente un veterano en este microcosmos en constante evolución.
Esta temporada, a las órdenes de Marcelino, López será menos exigido en la zaga que con Jorge Sampaoli e Igor Tudor, que le empujaron a mejorar su capacidad para lanzar en corto, aunque el 'Coronel' fuera menos extremo que el argentino.
A sus 28 años, López cuenta ya con suficiente experiencia en la Ligue 1 como para formar parte del equipo. Sin embargo, en el regreso del OM al Vélodrome, contra el Bayer Leverkusen, el centrocampista gerundense se encontró en horas bajas. En Metz, en un partido que sus compañeros dominaban claramente, se vio sorprendido por un disparo desviado y, sobre todo, cometió un error garrafal en un potente disparo de Georges Mikautadze que iba directo hacia él.
En una posición incómoda, tenía que devolver el golpe, y eso es lo que sucedió contra el Brest. En el Vélodrome, el guardameta marcó la diferencia para el OM. En un partido en el que sus compañeros fueron realistas en los momentos clave, tapó todos los huecos dejados en la defensa. Fue sin duda su partido de referencia de la temporada. Su continuidad y regularidad al más alto nivel son esenciales para que el OM alcance los objetivos del club y, por qué no, gane por fin un trofeo a final de temporada.