Opinión: Jorge Vilda y un manual de resistencia al estilo Pedro Sánchez
"Puede sonar presuntuoso, pero me doy cuenta de que me crezco en las situaciones difíciles", cuenta Pedro Sánchez en 'Manual de Resistencia', el libro que publicó allá por 2019 y que revela cómo se convirtió en presidente del Gobierno después de haber dimitido como secretario general del PSOE por su negativa a facilitar la investidura de Mariano Rajoy en una situación de bloqueo. Entonces, buena parte de los expertos daba por hecho que ya era un cadáver político.
En un acto de resurreción inesperada, destronó al entonces máximo dirigente del Partido Popular mediante una moción de censura y, más adelante, ganó los comicios hasta en dos ocasiones. Necesitó entenderse con Podemos para asentarse en La Moncloa y, tras una legislatura compleja, adelantó las elecciones por el fracaso de su formación en las municipales de mayo de 2023. Cuando todo parecía indicar que habría una derrota muy clara de los socialistas en julio, sumó un escaño más que en las anteriores (121) y tiene opciones de mantenerse en el Ejecutivo. Eso sí, no será sencillo.
Jorge Vilda bien podría firmar la frase del primer párrafo y, como su paisano de ciudad, también ha tenido importantes conflictos internos. Mientras el primero se ha visto obligado a apagar multitud de incendios por las declaraciones públicas y los desencuentros con sus socios de coalición, el segundo ha tenido que hacerse grande con el núcleo de la selección exigiendo su 'cabeza' para volver a ser internacionales. Ambos parecen contar con más vidas que un gato. "¡A la final! Seguís haciendo historia. Toda España está con vosotras. ¡Enhorabuena!", decía Sánchez este martes en su cuenta de Twitter.
¿Falta de profesionalismo?
La principal reclamación, al menos de forma oficial (porque no expusieron de forma concisa y rotunda las razones), iba en esta dirección. Algunas (como Ona Batlle o Mariona Caldentey) dieron un paso atrás y cambiaron de opinión tras acercar posturas. Recibieron el 'indulto' de la Real Federación Española de Fútbol y están teniendo un papel principal durante el campeonato. Si realmente vieron cambios o simplemente se dejaron llevar por los alicientes deportivos y económicos, sólo lo saben ellas.
Lo único claro aquí es que ningún equipo alcanza una final, del torneo que sea y ni mucho menos en un Mundial, si no hay un mínimo de profesionalidad. Por muy buenas que sean las futbolistas o mucha autogestión que lleven a cabo, sólo se puede optar a un título si hay un mínimo de rigor técnico, táctico y físico. Son ocho las personas que integran el cuerpo técnico y este año se ha incorporado la figura del psicólogo, que es bastante nueva en el mundillo.
"A la final pese a Vilda"
No fueron pocas las voces que mataron al madrileño cuando Japón ridiculizó a un plantel con Alexia Putellas, Aitana Bonmatí o Jenni Hermoso sobre el césped, pero tampoco es novedad que este se lleve las críticas cuando las cosas no funcionan. Así ocurre siempre, con independencia de si son hombres o mujeres quienes persiguen el balón. Sin embargo, es mucho menos habitual que el entrenador se presente como un obstáculo de cara a los objetivos... incluso cuando se logra algo inaudito. "A la final pese a Vilda", comentan por Twitter. ¿En serio?, ¿qué sentido tiene?
El argumento se cae por su propio peso si miramos los resultados, pero acaba bajo tierra cuando el análisis es algo más profundo. Si bien quedó en evidencia que no hubo un plan alternativo frente a las niponas, la inmensa mayoría de sus decisiones han sido acertadas: desde la irrupción de la debutante Cata Coll hasta el rol que está teniendo Salma Paralluelo. Esta última actuó como revulsivo ante Países Bajos y frente a Suecia, en el último partido en una posición (delantera centro) algo inesperada que resultó clave para romper los esquemas de las escandinavas. Sus dos dianas, decisivas.
Si algo está demostrando Jorge durante estas semanas es valentía y personalidad. Revolucionó la alineación tras lo ocurrido en el cierre de la fase de grupos y tomó un riesgo muy poco frecuente. Se cargó a su portera titular, fija e indiscutible desde que Sandra Paños desapareció del mapa casi un año atrás, y le dio galones a la joven Coll, quien se recuperó en el presente 2023 de una grave lesión y no tenía recorrido con la absoluta. Además, su gestión de minutos con Alexia es cuanto menos lógica y ha conseguido que 22 de las 23 integrantes -salvo Enith Salón, tercera guardameta- hayan participado.
Un exceso de polarización
En un país donde el nivel de crispación va al alza en diferentes sectores (en política, sin ir más lejos), el fútbol nunca suele estar exento. Las emociones tienen un papel fundamental y el hecho de que jugadoras que contribuyeron a lograr plaza en Oceanía no puedan disfrutar de esto genera tensión y rabia. Con Mapi León y Patri Guijarro como los principales nombres propios en este sentido, buena parte del barcelonismo -y todo esto sin contar el siempre presente factor nacionalista- vive la increíble trayectoria de la selección con sentimientos encontrados... y algunos, incluso, con ganas de un fracaso que no ha llegado.
Las 12 jugadoras que se han quedado sin representar a España en el Mundial y a estas alturas de 2022 formaban parte del plantel, varias con presencia prácticamente asegurada, no se han pronunciado en redes sociales tras la victoria de este martes, que supone un hito sin precedentes protagonizado por unas compañeras y amigas que están disfrutando con la camiseta que ellas vistieron -Paños y Mapi, por ejemplo, nada más y nada menos que desde 2017-.
Pase lo que pase frente a Inglaterra, habrá quien piense que Vilda no merece estar en ese puesto y, por supuesto, que no tiene ninguna responsabilidad en un éxito -ya lo es- logrado única y exclusivamente por unas futbolistas de gran calidad. Debe de ser duro verlo todo con una venda que, aunque no anula por completo la visibilidad, impide ver una gran parte de la realidad... y hasta evita poder disfrutar de algo que, como se vio con la masculina, es muy complicado de emular.