España debutó en esta edición de la Liga de Naciones con un insípido empate a cero en Belgrado, ante Serbia, y ahora aspira a volver a la senda del triunfo en territorio suizo. ¿El rival? Un viejo conocido al cual se ha medido en 25 ocasiones desde el primer enfrentamiento, allá por 1925, y que acostumbra a poner un buen puñado de trabas desde el cambio de siglo -hay que remontarse a 1994 para dar con una ventaja de más de un gol-.
La Roja tiene motivos de sobra para ser ambiciosa, aunque el técnico de Haro es consciente de que no será un encuentro sencillo. "Es un rival durísimo y fue una de las mejores selecciones en la Eurocopa, como nosotros", indicó a lo largo de una comparecencia en la que se mostró muy reivindicativo a propósito del exigente calendario y las ventanas internacionales. "Somos víctimas del calendario, no responsables", indicó.
Los helvéticos afrontan la cita sin su estrella, Granit Xhaka, y tampoco podrán alinear a Nico Elvedi, un habitual en las alineaciones de Murat Yakin. Aun así, el propio De la Fuente quitó importancia a dichas ausencias al recordar que él no tiene a su disposición a Álvaro Morata ni al recientemente lesionado Mikel Oyarzabal. Además, Dani Olmo es baja por "un golpe fuerte" durante el igualado encuentro del jueves.
Es seguro que habrá cambios en el once del equipo visitante, sin descartar la aparición de Rodrigo Hernández, ausente desde la final de la Eurocopa frente a Inglaterra (2-1). Dadas las palabras del seleccionador, quien explicó que "en algún momento tiene que jugar", todo apunta a que estará sobre el verde al menos un rato tras haber sido un mero testigo en la jornada anterior. El donostiarra Martín Zubimendi, listo para lo que venga.