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El rugido de las Leonas, la selección argentina de hockey que busca hacer más historia

Agustina Albertario, jugadora de Argentina
Agustina Albertario, jugadora de ArgentinaAFP
"Humildad, compromiso y esfuerzo". Así define la jugadora Agustina Albertario la esencia de Las Leonas, nombre con el que se conoce a la selección argentina de hockey femenino, que lleva casi 25 años entre las mejores del mundo y llega a París con una cuenta pendiente.

Albertario (31) disputará este año sus terceros Juegos Olímpicos. "Confío mucho en el equipo, solo nosotras sabemos lo que trabajamos día a día", dice a la AFP luego de un entrenamiento, a pocos días de iniciar la competencia.

El hockey femenino es desde hace años una de las ilusiones de medalla más concretas para la delegación argentina, pero hasta Sidney 2000 nunca había alcanzado un podio olímpico o una consagración en un mundial.

Ese año, las jugadoras y el cuerpo técnico decidieron bautizarse con el nombre de Leonas y, desde entonces, ganaron tres medallas de plata (Sidney 2000, Londres 2012 y Tokio 2020), dos de bronce (Atenas 2004 y Pekín 2008), fueron dos veces campeonas mundiales (Perth 2002 y Rosario 2010) y obtuvieron siete Champions Trophy, entre otra catarata de títulos.

"Se creó una mística muy grande que se va transfiriendo de generación en generación", explicó a la AFP el actual entrenador del equipo, Fernando Ferrara.

"Fue lo que hizo que las Leonas hoy tengan nombre propio, que trasciendan los resultados, y que sean, como dice (Marcelo) Bielsa, patrimonio del pueblo".

Una identidad colectiva

Entre los tres juegos de camisetas que la selección femenina de hockey llevó a Sidney, uno tenía el logo de una leona, dibujado por una de sus jugadoras, Inés Arrondo, estampado a la altura del pecho.

"Hasta ese momento no la habíamos usado, era como un tesoro que nos llevamos a esos Juegos Olímpicos", cuenta Arrondo a la AFP, y dice que en un principio la idea era sacarlas a la cancha en una eventual final.

"Veníamos con la sensación de haber empezado a construir una identidad colectiva", señala.

Obligadas a ganar los tres partidos de la segunda fase para aspirar a una medalla, decidieron que era el momento de que la nueva camiseta saliera a la cancha: así, en el estreno de las Leonas, Argentina ganó por primera vez a la poderosa Países Bajos y luego a China y Nueva Zelanda.

Aunque la final fue derrota 3-1 ante Australia, aquel partido y esa medalla plateada marcaron un hito para el deporte en Argentina.

Espacio para miles de mujeres

"Apareció un símbolo deportivo para las mujeres, un espacio para miles de mujeres en el deporte", señala Arrondo, quien tras su retiro fue secretaria de Deportes entre 2019 y 2023.

"El hockey se hizo muy popular, se democratizó mucho, esa es la medalla más linda que ganamos. Parte de las violencias grandes con las que tenemos que convivir las mujeres es la distribución desigual de todo: del espacio dentro de los clubes, del tiempo".

"Las mujeres dijeron 'yo quiero jugar a esto' y todos los clubes tuvieron que adaptarse", agregó.

Un estilo de vida

Entre las jugadoras que subieron al podio en Sidney se encontraba Luciana Aymar, ganadora de cuatro medallas olímpicas consecutivas, catalogada como "Leyenda del Hockey" por la federación internacional de ese deporte y elegida como mejor del mundo en ocho ocasiones.

Albertario compartió tiempo con ella en el seleccionado: "Terminaba el entrenamiento, nos íbamos todas, y ella se quedaba con un bolsito con bochas y su entrenador haciendo todo lo que al otro día te hacía en el entrenamiento. Ella era la mejor y aún así seguía entrenándose".

Ese legado entre generaciones parece ser una clave para que el equipo se mantenga hace tantos años en la elite, con planteles que combinan juventud y experiencia.

"Arranqué a jugar a los cinco años y unas Leonas que me marcaron mucho fueron las del mundial 2010", cuenta a la AFP Valentina Raposo que, con 21, ya se prepara para disputar su segundo olímpico. "Dejás todo de lado por estar acá, es un estilo de vida", reflexiona.

Entre sus referentes, Raposo nombra a Rocío Sánchez Moccia, actual capitana del equipo, que además de asistir por cuarta vez a una cita olímpica será la abanderada de la delegación en la ceremonia de apertura el 26 de julio, junto al voleibolista Luciano de Cecco.

"Las Leonas siempre están arriba por algo que es un distintivo que tenemos: mucho esfuerzo, mucho entrenamiento, nadie nos regala nada. Es mucho amor a la camiseta", dice Sánchez Moccia.

A sus 35 años, aún considera que le queda un sueño por cumplir: "Que las chicas me regalen el mejor juego olímpico de mi vida, que sería, obviamente, la medalla de oro".