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Lluvia de goles en la ‘viktoria’ del Barcelona ante un Plzen muy combativo (2-4)

César Suárez
Marcos Alonso, en la acción que significó el 0-1.
Marcos Alonso, en la acción que significó el 0-1.AFP
El Barcelona consiguió la victoria, y los 2,8 millones de euros que otorga la UEFA por ello, en su despedida de la Liga de Campeones al vencer por 2-4 al Viktoria Plzen. Un tanto de Marcos Alonso, otros dos de Ferran Torres y el estreno realizador de Pablo Torre fueron suficientes para acabar con la ilusión de los checos que, además del doblete de Chory, estrellaron dos balones en los palos.

Si pensaba el Barcelona disfrutar de una noche plácida, ya sin presión alguna, en su despedida de Champions se equivocó de cabo a rabo. Incluso cuando en el minuto 5 Marcos Alonso acertó a rematar sobre la línea de gol un remate de Ansu Fati que llegó a tocar Stanek. Ante un equipo que no había sumado ningún punto y había encajado 20 tantos, y ya con un 0-1 a las primeras de cambio, sería lícito pensarlo.

Pero nada más lejos de la realidad. Porque la ilusión del Plzen no se redujo con ese primer contratiempo. Muy al contrario. Los checos, lejos de amilanarse y encerrarse en su área, retaron al Barça a campo abierto. No querían que los de Xavi tocaran y tocaran, así que salieron a morder, a robar lo más cerca posible del debutante Iñaki Peña -que tuvo que emplearse a fondo- y a ver si sonaba la flauta. Si había que morir, que fuera como los valientes. 

Y casi les salió bien. Sólo les faltó la puntería, la suerte, por otra parte, más difícil de encontrar en el fútbol. Chory, adelantándose a Kessié, cabeceó un saque de falta, pero el larguero repelió el testarazo. Aún mejor sería la ocasión de Kalvach, que se plantó solo ante Peña. Entre rematar o pasar a un compañero para regalarle el tanto, eligió lo primero. Y ahí se hizo gigante el meta azulgrana para negarle el gol. Buen debut el del alicantino. 

A todo esto, el Barça no daba con la tecla. Kessié no está para organizar y Gavi está más para llegar. A Pablo Torre ni se le veía. En esa indefinición, se abrió un hueco entre la defensa y los pivotes que aprovecharon los locales para correr a gusto. Lo hizo Vlkanova arrancando desde la izquierda casi en su propio campo. Con habilidad y destreza se metió en el área y fue eliminando rivales para encontrar el mejor ángulo de tiro. Parecía Messi, pero parecerlo no es serlo y su remate, con toda la portería para él, se marchó rozando el larguero. No se lo podía creer.

Quien no perdonaría sería Ferran Torres. Raphinha, rodeado de rivales, vio la incursión de Jordi Alba, un puñal por la izquierda, y este la posición de Ferran para empujar la pelota a la red. Lo anuló el árbitro por fuera de juego de Alba, mas lo validó el VAR para colocar el 0-2 con el que se llegó al descanso. 

Al Plzen hay que ganarle varias veces

Si algo tiene el Plzen es que su mandíbula no es de cristal. Pueden encajar golpes, pero siguen adelante, atacando sin parar, sin miedo a nada. Su insistencia por fin tuvo recompensa con un penalti sobre Chory que se encargó de transformar el gigante ariete. Sus casi dos metros de altura cayeron al suelo tras un empujón de Torre. Engañó a Peña para celebrar su primer tanto. Qué liberación

Y qué poco les duró la alegría. Mientras en la grada aún celebraban el gol, en su área aparecían Ferran y Raphinha para aliarse y crear el tercero, que llevó la firma del valenciano. Había que poner las cosas en su sitio, pensaron en el bando azulgrana. 

Pero a los checos había que ganarles varias veces. Más que reciben, más que dan. Iñaki Peña le negó el gol a Vlkanova, pero nada pudo hacer cuando Chory ganó la espalda a Marcos Alonso para cabecear a la red un preciso centro y colocar el 2-3. En esos momentos de euforia, el empate lo tuvo Pilar, que no pudo aprovechar un despeje de Piqué. 

El duelo seguía muy vivo, ya sin Kessié, lesionado, hasta que Pablo Torre se quitó la espina del penalti estrenándose como goleador. Raphinha, qué visión la suya, le puso un balón a la espalda de la defensa. El control orientado del cántabro bien valió pagar la entrada porque fue medio gol. Le quedaba el remate, pero con tranquilidad y clase la colocó donde quiso para sentenciar, ahora sí, el duelo con el 2-4. Lo que no pudo es celebrarlo porque se lesionó al disparar. 

Lejos de sacar la bandera blanca, los locales siguieron a lo suyo, despliegue ofensivo como si no hubiera un mañana. Para qué defender si se puede atacar. A punto estuvieron de marcar el tercero y volver a entrar en el encuentro. De entre los múltiples intentos que tuvieron en esa recta final, fue Jirka el que más cerca estuvo con un disparo lejano que sólo el palo evitó que se transformara en ese tercer gol

Entonces sí, ya no hubo para más. 2-4 y todos contentos, unos por luchar hasta el final y poner en apuros al Barça y otros por despedirse de la Champions con un triunfo que les dé confianza para su nueva etapa en Europa Liga. 

 

Jugador Flashscore del partido: Ferran Torres.

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