Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Medallas y maternidad: "No habría que tener que elegir nunca", dice Elisa Di Francisca

AFP
Elisa Di Francisca tras ganar su semifinal en Rio 2016.
Elisa Di Francisca tras ganar su semifinal en Rio 2016.AFP
Las deportistas no tendrían que "tener que elegir nunca" entre el alto nivel y la maternidad, afirma a la AFP la exesgrimista italiana Elisa Di Francisca (40 años), doble campeona olímpica en 2012 además de plata en 2016, y que decidió retirarse antes de los Juegos de Tokio de 2021 para tener un segundo hijo.

Pregunta: ¿Como tomó esa difícil decisión, anunciada a finales de 2020, de renunciar a los Juegos Olímpicos para tener un segundo hijo?

Respuesta: "No habría que tener que elegir nunca entre carrera y vida personal, las dos cosas deben y pueden ir juntas. No es fácil, se necesita ayuda, pero es posible. Era un momento especial, durante la pandemia (del covid-19). Tenía ya un hijo, Ettore (nacido en 2017). La idea de deber irme al extranjero, quizás quedarme allí mucho tiempo por la cuarentena, me asustó. Cuando se tomó la decisión de aplazar los Juegos a 2021, decidí junto a mi marido que Ettore tuviera un hermanito, que se llama Brando (nacido en mayo de 2021). No me arrepiento para nada, es una decisión que tomamos mi marido y yo. Tener ese hijo era algo con lo que soñaba, como antes de Londres (de los Juegos Olímpicos de 2012) había soñado con ganar una medalla de oro".

P: ¿Esa decisión le valió críticas?

R: "No. La Federación (Italiana de Esgrima) me había permitido hacer todas las competiciones acompañada de mi hijo Ettore y de uno de los abuelos o de mi marido. Pude así clasificarme para los Juegos de Tokio. Tuve mucha suerte, ya que algunas federaciones no dan ese apoyo a las mamás. La decisión (de tener un segundo hijo y renunciar a los Juegos Olímpicos) fue bien recibida, tanto por el presidente de la Federación como por el Comité Olímpico (Italiano, el CONI)".

P: Fue campeona de Europa de florete en 2019, en Düsseldorf, después de haber sido madre una primera vez. ¿Eso hizo que aquel título tuviera un sabor especial?

R: "Fue la más bonita de mis victorias. La esgrima es un deporte individual, pero cuando tienes un hijo ya no lo haces solo por ti, compartes tus alegrías con él. Fue magnífico y debe servir de ejemplo a todas las demás federaciones, las que no permiten a las mamás intentar triunfar. Un hijo es una motivación suplementaria, ¡es como una leona que va a cazar ante la mirada de sus pequeños!".

P: ¿Cómo se gestiona la vida de deportista de alto nivel con un niño pequeño?

R: "Él tenía un año cuando a comencé a llevarlo conmigo. Entre dos asaltos había a veces que debía cambiarle el pañal. No modificó nada el entrenamiento, había que continuar entrenando cinco horas al día. Eso requiere organización y ayuda, por parte de las federaciones para poder competir y por parte de la familia. Algunas prefieren llevar una baby-sitter. Pero es posible, hubo otras antes de mí. (La también esgrimista italiana) Valentina Vezzali, por ejemplo, ganó el oro mundial en 2005, apenas cuatro meses después del parto".

P: ¿Cree que como exdeportista célebre puede desempeñar un papel para hacer avanzar esta causa?

R: "En todos los sectores hay todavía mucho por hacer. En algunas empresas existen lugares en los que las mamás pueden tomarse pausas y amamantar a su hijo. Espero que poco a poco consigamos facilitar la vida a las mamás y a todos los que necesitan un poco de ayuda, y que a veces no se atreven a preguntar. Porque una mamá piensa siempre que va a llegar a todo".