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Messi, Emiliano Martínez y nada más en una pobre Argentina que sufrió hasta el final (2-1)

César Suárez
Messi, líder indiscutible de Argentina.
Messi, líder indiscutible de Argentina.AFP
Argentina ya está entre las ocho mejores selecciones del Mundial gracias a Leo Messi, cómo no, y a su portero, un Emiliano Martínez que negó el gol a Kuol en el último suspiro del encuentro. Nada más mostró la Albiceleste ante unos Socceros que pusieron ilusión, pero poco fútbol.

La historia espera a Leo Messi. Argentina entera también. Y sus compañeros. Porque no hay nada más que él como argumento futbolístico en la Albiceleste para soñar con levantar la Copa del Mundo. Ni siquiera ante un rival flojo e inofensivo que reconoció su inferioridad incluso antes del saque inicial, se vio una selección capaz de generar juego, de tener fluidez, de enseñar rasgos de campeona. Mención especial también para Emiliano Martínez. Si no es por él, la prórroga hubiera sido una realidad.

Se jugó durante toda la primera mitad a lo que quisieron los Socceros, muy voluntariosos en el plano defensivo, pero impotentes con el balón en los pies. Los de Scaloni intentaban tocar y tocar, pero a un ritmo tan cansino que apetecía hasta bostezar. Taponadas todas las vías interiores por donde Messi quería aparecer, el encuentro llamaba a utilizar las bandas, los extremos. Pero no lo entendieron o no lo quisieron entender. 

Y así fueron pasando los minutos sin ningún disparo a puerta que echarse a la boca, sin ninguna clara oportunidad. Apenas un remate de cabeza de Souttar que rechazó en dos tiempos la zaga argentina. Muy triste todo para unos octavos de final de un Mundial y para una de las favoritas. Que lo es por Messi, repito e insisto. 

Messi, enjaulado; Messi, desatado

El 10, enjaulado en la tela de araña aussie, se picó con Behich persiguiendo el balón. El lateral cayó en la trampa y sus nervios de acero quebraron al cometer segundos después una falta tonta sobre Papu Gómez. De ahí vino el gol. En el único disparo a puerta de toda la primera mitad. MacAllister recibió en la frontal, metió un pase interior a Otamendi al que se le escapó el control, pero por ahí apareció Leo para hacer lo que llevaba 999 partidos haciendo. Se hizo con el balón suelto y en media baldosa armó el disparo de rosca con su zurda sin mirar dónde estaba el portero. ¿Para qué? Ya sabía que tal y como salió el disparo de la bota era imparable, como lo ha sido siempre. 788 veces para ser exactos. 

Estadísticas del Argentina-Australia
Estadísticas del Argentina-AustraliaOpta by Stats Perform

Si Australia quería realmente pasar a octavos de final debía cambiar al plan B o a cualquier otro en el que estuviera presente mirar a Emiliano Martínez. Aunque fuera por casualidad. Como cuando Otamendi encedió el fuego amigo en dirección a su arquero y Duke estuvo a punto de aprovecharse. Pero para error garrafal, para esconderse en el bolsillo de un canguro y no volver a salir, el que cometió Ryan al intentar intentó driblar en su área pequeña a dos rivales. Pasó lo que tenía que pasar, que se le escapó el balón y Julián Álvarez, a puerta vacía, marcó a placer

Si con el 1-0 ya no tenían nada que hacer los de Arnold, con el mazazo del segundo la historia se acabó. Lucharon por orgullo los aussies, mas sabiendo que cualquier esfuerzo sería en vano. A eso se le llama impotencia. Si atacaban, no les quedaba otra, dejarían espacios en su retaguardia. Terreno propicio para el lucimiento de Messi, ya sin tanta vigilancia. En uno de esos momentos, levantó a la grada de sus asientos. Arrancó desde el centro del campo, se fue de todos, se le escapó el balón pero de alguna manera volvió a él para realizar un disparo forzado que terminó en córner. Messi, Messi, Messi coreaban sus compatriotas. 

De la felicidad al miedo más profundo

La felicidad era máxima sabiéndose ya en cuartos… pero este deporte es tan impredecible que, en una acción aislada, un disparo desviado de Goodwin que se marchaba hacia Dubai rebotó en Enzo Fernández y acabó besando las mallas. 2-1, un cuarto de hora por delante y a Argentina que le temblaron las piernas. El pánico pudo ser aún mayor cuando Behich se disfrazó de Messi, regateó a cuatro rivales y su disparo ya dentro del área fue desviado en el último instante. Qué cerca estuvo el empate. Lo que es el fútbol, un estado de ánimo impredecible.

Pudo sentenciar Lautaro Martínez en dos ocasiones en sendas acciones magistrales de Messi, pero estaba escrito que tendrían que sudar hasta el final. Y claro que sufrieron, como que Emiliano Martínez se puso la capa de héroe para, en la última jugada del partido, negarle el gol a Kuol en el mano a mano y cerrar el pase a cuartos. Allí le espera Países Bajos, que no es una virtuosa tampoco, pero desde luego sí es mucho mejor que el rival de esta noche. Y si Australia le ha metido en problemas… 

Mapa de calor de Messi en el Argentina-Australia
Mapa de calor de Messi en el Argentina-AustraliaOpta by Stats Perform

Jugador Flashscore del partido: Leo Messi (35).

Todos los detalles y estadísticas del encuentro, en este enlace: Argentina-Australia.