Las dudas expresadas por Caeleb Dressel se suman a las planteadas un día atrás por Katie Ledecky, la otra figura actual de la natación estadounidense, y también las del mayor gigante de este deporte, Michael Phelps.
La natación vive conmocionada desde que en abril el New York Times y la cadena alemana ARD revelaron que 23 nadadores chinos dieron positivo en 2021 por trimetazidina (TMZ), un medicamento para el corazón prohibido siete años antes.
Estos deportistas, algunos de los cuales ganaron medallas meses después en los Juegos de Tokio, no fueron sancionados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que aceptó las explicaciones chinas de que los resultados fueron producto de contaminación alimentaria durante una concentración.
11 de esos nadadores participarán a partir del sábado en París.
A la pregunta de si confía en que las autoridades de este deporte garanticen la igualdad en estos Juegos, el estadounidense Dressel fue categórico.
"La verdad es que no. No creo que nos hayan dado suficientes pruebas para apoyarles en cómo se ha llevado este caso", afirmó el atleta de Florida, que tiene la misión de defender sus títulos de 50 m libres y 100 m mariposa.
Por su parte, Brent Nowicki, director ejecutivo de World Aquatics, dijo que le entristecía escuchar la posición de Dressel.
"Toda esta organización trabaja incansablemente. Todos los días ponen todo su corazón en lo que hacemos. Así que cuando oyes a alguien como Caeleb decir eso, obviamente no es lo que quieres que diga ningún atleta", reconoció.
Nowicki admitió que el organismo rector de la natación necesita recuperar la confianza de sus deportistas.
"Tenemos que mirar hacia delante, recuperar su confianza y la de aquellos atletas que comparten esa misma opinión, por eso vamos a trabajar cada día", se comprometió.