Roberto Bautista (34), que era el encargado de sacar en el juego inaugural, empezó el partido de la peor manera posible. Perdió el servicio y pronto se vio con un 0-2 difícil de asimilar recién aterrizado en la pista de la ciudad australiana. Aunque entró en calor después, tuvo que salvar un nuevo punto de break y ni siquiera tuvo la oportunidad de hacerlo él en ningún momento, principal motivo por el cual estaba condenado a perder ese primer set.
El castellonense había competido y ni mucho menos había renunciado a la posibilidad de anteponerse y evitar ese 0-1 que parecía difícil de salvar, aunque la solvencia de Kwon tuvo mayor peso durante esos 40 minutos iniciales. Ambos empataron a siete en lo que a errores no forzados se refiere, pero el asiático triplicó el número de puntos ganadores (5-15) y se puso por delante en el marcador con relativa comodidad.
Mejor empezó la segunda manga para Bautista, quien al menos se apuntó el 1-0 y no permitió que se repitiera lo ocurrido poco antes. No contento con ello, le devolvió la jugada a su rival para ampliar distancias y, después, abrir una brecha importante (3-0), lo que acercaba el empate. Consciente de la importancia de mantener esta buena posición, rozó incluso el 4-0 y forzó que el choque se prolongara (6-3).
Una remontada sin final feliz
El tercer set empezó exactamente igual que el anterior. El partido, sin lugar a dudas, estuvo marcado por los inicios, y esta vez no iba a ser menos. Soonwoo perdió el servicio y volvió a verse en una situación complicada. Ahora, igualados a uno en el resultado principal, ya estaba por debajo por primera vez en toda la final. La realidad es que duró poco, ya que el surcoreano rompió el break y se puso 2-3.
Para intercambio de golpes el que se vio luego: Roberto y Kwon no hicieron bueno el saque en dos juegos seguidos (el séptimo y el octavo), situación que le dio más emoción si cabe al encuentro que decidía al ganador del torneo de Adelaida II. Fue finalmente en el tie break cuando más regularidad y menos debilidades mostraron ambos, hasta que el tenista de Castellón concedió la primera bola de partido y no pudo salvarla.
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