El extrovertido Cheika, una mente privilegiada al servicio de Argentina
El carismático seleccionador de 56 años es un maestro de la improvisación ante el micrófono, algo de lo que no pueden presumir sus homólogos semifinalistas (el estudioso Jacques Nienaber, el poco extrovertido Ian Foster y el en ocasiones adusto Steve Borthwick).
Sin embargo, detrás de esa imagen despreocupada se esconde un entrenador de primer nivel, quien, como ya hiciera con Australia en 2015, ha conformado un equipo que está causando sensación en Francia.
Que lleve a Los Pumas a la final, como también hiciese ocho años atrás con los Wallabies, depende de que su equipo derrote a Nueva Zelanda, precisamente la selección que le privó del trofeo Webb Ellis en el Mundial británico.
Aquella hazaña le valió ser elegido como mejor entrenador del año.
Pero Cheika ya había demostrado su capacidad al conquistar títulos a nivel de clubes en ambos hemisferios: la Copa de Europa con el Leinster en 2009 y el Super Rugby con los Waratahs en 2014. Por el momento es el único entrenador que pude presumir de ello.
La etapa de Cheika al frente de los Wallabies llegó a su fin cuando Inglaterra los eliminó en cuartos de final en 2019, pero ha vuelto a rememorar glorias pasadas desde que se convirtiese en técnico miembro del staff técnico de Los Pumas en 2020 y entrenador principal dos años después.
Su carácter abierto y multifacético le ha permitido diversificar su actividad profesional, con una exitosa incursión en negocios en el ámbito de la moda, algo paradójico en un hombre cuya corbata suele estar floja y no siembre recta sobre su torso.
La moda y el rugby parecen dos polos opuestos, pero Cheika afirma que ha aprendido cosas de la primera que son parte integral de su filosofía como entrenador.
"No, no creo que me queden bien unos jeans de Victoria Beckham, no son precisamente mi talla", había bromeado en una entrevista para la AFP años atrás.
"Pero se trataba también de gestionar con las personas, y con personas que normalmente no pertenecen a tu campo, y aprender a sacar lo mejor de ellas", añadió.
Valentía
Cheika tiene a su difunto padre como uno de sus referente vitales. El progenitor llegó a Australia prácticamente sin dinero y sin amigos y pasó a trabajar en una empresa de máquinas de coser a dirigir su propio negocio y recibir un premio de la Reina Isabel II.
"No creo que se trate tanto de lo que logró, creo que es más sobre su actitud sin miedo para abandonar a tu familia con 20 años", afirma Cheika.
Esa valentía se hizo notar desde el principio cuando Cheika jugaba para el Randwick de Sídney.
El 8 de 20 años fue derribado por el legendario All Black Wayne Shelford, pero se levantó y le lanzó: "¿Eso es todo lo que tienes, tío?"
Cheika, que se define como "australiano-libanés", dirigió a Líbano en la Copa Mundial de Rugby League en 2022, y no duda en valorar las enseñanzas aprendidas a través de sus múltiples destinos y cambios de horizontes.
"Aprender sobre diferentes personas, diferentes experiencias, diferentes culturas, y cómo encajar y sacar lo mejor de la gente y de mí mismo en ese entorno", añade.
"Nunca cambiaría esa parte de mi vida", sentencia.